El papa Francisco aseguró que “la puerta está abierta” a su posible renuncia al pontificado, aunque aún no ha pensado en esa posibilidad, y agregó que no sería “una catástrofe”, durante la rueda de prensa en el vuelo de regreso a Roma donde también reconoció que el trato a los indígenas en Canadá equivalía a un “genocidio”.
“No pronuncié la palabra (en Canadá) porque no me vino a la mente, pero sí describí un genocidio. Y pedí perdón por ese proceso, que fue un genocidio”, declaró Francisco mientras abandonaba al país en el que estuvo durante seis días.
El sumo pontífice tiene que moverse en una silla de ruedas por su problema en la rodilla que le impide caminar y estar mucho tiempo de pie, como ha ocurrido en Canadá.
Por ello admitió, en esta ocasión, no en pie como es habitual, sino sentado en una silla ante los periodistas, que no cree que pueda seguir “con el mismo ritmo de los viajes de antes”.
“A mi edad y con esta limitación tengo que ahorrar fuerzas un poco para poder servir a la Iglesia” o “al contrario, pensar en la posibilidad de echarme a un lado”, dijo durante una rueda de prensa de más de 45 minutos después de la dura jornada en la que desde Quebec viajó a Iqualuit para reunirse con la población de los inuit.
Con información vía Infobae