La líder de las disidentes cubanas Damas de Blanco, Berta Soler, y su esposo, el exprisionero Ángel Moya, fueron liberados este lunes tras su última detención temporal, por vigésimo octavo domingo este año.
Ambos fueron arrestados la víspera a la salida de la sede del movimiento Damas de Blanco en la barriada habanera de Lawton, y conducidos -por separado- a dos comisarías, según denunció Moya en su perfil de Facebook.
Antes de ser confinados, «nos imponen multas a Berta de 30 pesos moneda nacional (equivalentes a 1,25 dólares) y a mí, dos de 7.50 pesos (0,31 centavos de dólar) y 30 pesos (1,25 dólares), respectivamente», relató el disidente.
«Las multas son el resultado de la criminalización por parte del régimen comunista de Cuba del derecho a la manifestación», sostiene Moya, quien está pendiente de un juicio -que fue suspendido el pasado 14 de octubre- por el impago de las sanciones que le han aplicado tras sus arrestos.
El opositor, uno de los 75 disidentes y periodistas independientes condenados durante la ola represora de 2003 conocida como la «Primavera Negra», dijo que el juicio en su contra es «político». Y agregó: «No voy a pagar un solo centavo».
Soler es una de las fundadoras de las Damas de Blanco, un colectivo que surgió por iniciativa de varias mujeres, familiares de los 75.
Esta asociación recibió en 2005 el premio Sájarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo.
La Unión Europea (UE) y las ONG Human Right Watch y Amnistía Internacional criticaron aquella oleada de arrestos y condenas, calificándolos de políticos.
Las autoridades cubanas alegaron que los disidentes acusados atentaban contra la soberanía nacional por órdenes de Estados Unidos. EFE