Amnistía Internacional (AI) afirmó este jueves que la aprobación en primera lectura por parte de la Duma del Estado o Cámara Baja rusa de un proyecto de ley que prohíbe la «propaganda de relaciones sexuales no tradicionales», aumentará la homofobia con el permiso del Estado ruso.
«En la nueva era de represión de Rusia, la homofobia autorizada por el Estado está a punto de alcanzar un nivel completamente nuevo», señaló en un comunicado la directora para Europa del Este y Asia Central de AI, Marie Struthers.
«El nuevo proyecto de ley de «propaganda gay» no solo priva descaradamente a las personas LGBTI de su derecho a la libertad de expresión y respalda su discriminación, sino que probablemente también dará lugar a un aumento de los ataques violentos y otros delitos motivados por el odio contra ellas», sostuvo.
Struthers recordó que hace nueve años las autoridades rusas ya promulgaron una ley que prohibía la promoción de «relaciones sexuales no tradicionales» entre menores, con el pretexto de proteger a los jóvenes de supuestas influencias «perjudiciales».
Ahora, dijo, es muy probable que el proyecto de ley enmendado para extender el veto a la «propaganda» anti-LGBTI a todos los grupos de edad «se utilice para cerrar ONG, bloquear sitios web con temas de la comunidad, sofocar páginas de redes sociales e intimidar a activistas con multas exorbitantes».
«Sin duda, fomentará una mayor homofobia y una discriminación abominable», recalcó.
«Desde la prohibición de películas y libros con personajes abiertamente LGBTI hasta el ostracismo de las personas LGBTI, la aprobación de esta nueva ley será otro desastre para los derechos humanos», sentenció.
En virtud del proyecto de ley, las personas que cometen este «delito» podrían recibir multas de entre 815 y 6.520 dólares, mientras que las organizaciones podrían recibir sanciones de hasta 81.500 dólares.
Las sanciones más estrictas se aplicarían a la «propaganda» compartida con menores a través de los medios de comunicación o internet, o cuando sea «cometida» por un ciudadano extranjero o apátrida. EFE