El ex primer ministro Benjamín Netanyahu ganó este martes las elecciones en Israel, con su partido Likud como el más votado, y el bloque de formaciones derechistas y religiosas que le apoyan sumaría entre 61 y 62 diputados, suficientes para formar un gobierno, según encuestas a pie de urna.
El bando anti-Netanyahu, liderado por el actual jefe de gobierno en funciones, Yair Lapid, se queda en 54-55 escaños, según las primeros sondeos publicados al cierre de los colegios electorales a las 22.00, hora local.
La formación de Lapid, el centrista Yesh Atid (Hay Futuro), logró como promedio 23 escaños, su mejor resultado, pero la amalgama de partidos de derecha, centro e izquierda que le respaldaría para crear un frente anti-Netanyahu no ha aunado suficientes apoyos.
Sin embargo, se trata de cifras preliminares, que aún pueden bailar mucho a lo largo de la madrugada, mientras avanza el recuento, y los resultados definitivos no se conocerán hasta el viernes.
Más de 6,7 millones de israelíes estaban llamados hoy a las urnas por quinta vez desde 2019, una nueva cita electoral que no parece que vaya a sacar al país de su inestabilidad y parálisis política ante la falta de mayorías claras para los dos bandos en los que se divide el arco ideológico.
La novedad de estos comicios ha sido el auge de la ultraderecha supremacista judía, aglutinada en el movimiento Sionismo Religioso -abiertamente racista, antiárabe y homófobo- que se ha consolidado como la tercera fuerza más votada con entre 14 y 15 escaños, que se suman al bando pro-Netanyahu.
Es el mejor resultado de su historia, después de los 6 diputados que lograron en las pasadas elecciones de marzo de 2021 y de ser un movimiento marginal hasta hace unos años.
Con información de EFE