Los dictadores de Cuba, Miguel Díaz-Canel; de Venezuela, Nicolás Maduro; y de Nicaragua, Daniel Ortega, se reunieron en La Habana para respaldar el autogolpe perpetrado por el ahora expresidente de Perú, Pedro Castillo, en contra del Congreso de su país.
Reunidos en una cumbre de la Alianza Bolivariana (ALBA), en la que también participó el boliviano Luis Arce, los mandatarios emitieron una declaración conjunta en la que denuncian supuestas «injerencias» y «campañas» para desestabilizar a los Gobiernos de izquierdas en la región.
«Rechazamos los planes y acciones desestabilizadoras impulsadas por poderosos factores externos y oligarquías nacionales quienes han logrado o intentan desconocer la voluntad de los pueblos de América Latina y el Caribe, expresada de manera democrática y legítima en las urnas», señalaron en el documento.
En este sentido, los dictadores latinoamericano rechazaron «el entramado político creado por las fuerzas de derecha de ese país en contra el Presidente Constitucional Pedro Castillo, obligándolo a tomar medidas que fueron luego aprovechadas por sus adversarios en el parlamento para destituirlo».
Posterior al encuentro, Maduro ofreció declaraciones a los medios en las que transmitió su «dolor» por la destitución de Castillo.
«Se ha consumado un golpe de Estado. El ALBA ha dado un paso adelante para calificar como golpe de Estado lo que se ha consumado en el Perú y en consecuencia vamos a actuar en las distintas instancias de América Latina, en la CELAC, vamos a conversar directamente con la presidencia pro témpore de la CELAC, con el presidente Alberto Fernández de la CELAC, para que se tomen iniciativas para que se respeten los derechos del pueblo peruano y del profesor Pedro Castillo«, dijo Maduro.