El exministro brasileño de Justicia Anderson Torres, sobre quien pesa una orden de prisión en el marco de la investigación por los actos golpistas del domingo en Brasilia, afirmó este martes que retornará al país para entregarse a la Policía.
«Recibí la noticia de que el magistrado Alexandre de Moraes determinó mi prisión y autorizó el allanamiento en mi residencia. Tomé la decisión de interrumpir mis vacaciones y volver a Brasil para presentarme ante la Justicia y defenderme», dijo Torres en su Twitter.
De Moraes, miembro de la Corte Suprema y titular del Tribunal Superior Electoral (TSE), ordenó este martes la prisión de Torres, el último ministro de Justicia en el Gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2022).
Torres era el recién nombrado secretario de Seguridad del Distrito Federal de Brasilia cuando miles de simpatizantes radicales de Bolsonaro invadieron y destrozaron las sedes del Parlamento, la Presidencia y la Corte Suprema, en un intento de golpe.
«Siempre planeé mis acciones por la ética y por la legalidad. Creo en la Justicia brasileña y en la fuerza de las instituciones. Estoy seguro de que la verdad prevalecerá», señaló Torres desde Estados Unidos, donde se encuentra de vacaciones.
Torres fue cesado del cargo ese mismo domingo por el gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, quien horas más tarde también fue apartado temporalmente de sus funciones, por orden del propio De Moraes, por su supuesta omisión a la hora de detener a la horda bolsonarista.
El mismo juez que ordenó la prisión de Torres también dictó el arresto del excomandante de la Policía Militar de Brasilia Fábio Augusto Vieira, efectuada este martes, y responde a una petición de la Abogacía General del Estado.
Según la prensa local, Torres, un fiel aliado de Bolsonaro, se encuentra actualmente en Estados Unidos, adonde viajó de vacaciones tras asumir la semana pasada la Secretaría de Seguridad de Brasilia.
Según videos divulgados por la prensa brasileña, algunos policías subordinados al despacho de Torres se quedaron mirando mientras los grupos extremistas invadían las instalaciones públicas y hasta tomaron fotografías del momento con sus celulares.
La intentona golpista contra el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, ha dejado hasta el momento 1.500 detenidos entre el domingo y el lunes, aunque 599 fueron puestos en libertad este martes por «cuestiones humanitarias». EFE