El presidente argentino, Alberto Fernández, reconoció que la violencia y el crimen organizado son «un problema muy serio» y que «algo más habrá que hacer» después de que en la ciudad natal del futbolista Leo Messi hubiera un ataque contra un local de su familia política y amenazas contra él.
«Estamos haciendo mucho, pero evidentemente algo más habrá que hacer», porque «allí, en Rosario, el problema de la violencia y el crimen organizado es un problema muy serio», dijo el mandatario en un acto en la localidad La Poma, en la norteña provincia de Salta.
«Hay que hacer algo por los rosarinos y los santafesinos porque son argentinos», afirmó.
Los cierres metálicos del supermercado de la familia de la esposa de Messi, Antonela Rocuzzo, situado en Rosario, fueron tiroteados con 14 disparos en la madrugada de este jueves.
Además de los disparos, en el lugar se encontró un mensaje dedicado al capitán de la selección argentina: «Messi te estamos esperando, (el intendente de Rosario, Pablo) Javkin también es narco, no te va a cuidar».
Rosario -donde Messi celebra habitualmente las fiestas navideñas y posee una casa dentro de un barrio privado con su familia- es considerada la ciudad más castigada por la violencia en Argentina, golpeada por hechos de inseguridad por la acción de bandas de narcotraficantes.
El mandatario había culpado este miércoles en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias en el Parlamento a la Cámara de Diputados por no aprobar su propuesta de reforma Judicial y a la Corte Suprema.
Según Fernández, Santa Fe padece «la carencia de tribunales que impiden enjuiciar con rapidez al crimen organizado que se ha expandido en su territorio». EFE
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