El embajador de la Unión Europea (UE) en Sudán, Aidan O´Hara, está «ileso» tras ser atacado este lunes en su residencia en Jartum, dijo la misión de la UE en el país africano.
«Nuestro embajador resultó ileso, Alhamdulilah (gracias a Dios, en árabe», dijo la misión de la UE en Sudán en su cuenta de Twitter.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, dijo esta noche en la misma red social que O’Hara fue «atacado en su residencia», y afirmó que «la seguridad de las instalaciones y el personal diplomáticos es una responsabilidad primordial de las autoridades sudanesas y una obligación en virtud del derecho internacional».
Este ataque, continuó el jefe de la diplomacia europea, constituye «una grave violación de la Convención de Viena».
Tres días de enfrentamientos entre el Ejército de Sudán y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) han dejado hasta ahora más de 180 civiles muertos y otros más de 1.800 han resultado heridos, según la ONU, y muchas dudas sobre cómo encarrilar un conflicto que cada vez está más cerca del punto de no retorno.
Asimismo, varias organizaciones han denunciado que su personal o sus instalaciones han sido atacados durante los combates, aunque no han señalado a ningún grupo en concreto.
El enviado especial de la misión de Naciones Unidas en Sudán, Volker Perthes, denunció hoy en una rueda de prensa que en las últimas 48 horas las oficinas y almacenes del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Unicef y de otras agencias «han estado en el fuego cruzado, han sido saqueadas y destruidas en Darfur», en el oeste del país, algo que calificó de una «gran transgresión».
Asimismo, recordó que el primer día de enfrentamientos, tres trabajadores del PMA fueron asesinados, por lo que la organización anunció la suspensión temporal de sus actividades en Sudán.
En total, 250 programas de todo tipo de la ONU han tenido que ser interrumpidos y, además, millones de personas están sin acceso a comida, agua y otros servicios vitales por culpa de los combates.
En este contexto, el representante de la organización aseguró que ha pedido al Ejército y a las FAR «que paren de luchar inmediatamente», además de exigir que permitan las evacuaciones de civiles, el trabajo de humanitarios y la protección de edificios de la ONU, hospitales y embajadas.
El líder del Ejército, Abdelfatah al Burhan, y el comandante de los paramilitares, Mohamed Hamdan Dagalo, unieron fuerzas para perpetrar un golpe de Estado en el país en 2021, e incluso encabezaron un Gobierno bajo el mando de los militares hasta que comenzaron los combates el pasado día 15.
La tensión escaló en medio de negociaciones para formar un Gobierno civil, en las que uno de los puntos primordiales era la reestructuración de las Fuerzas Armadas y la integración de las FAR en ellas, lo que desató una lucha de poder por el liderazgo del Ejército. EFE