El número de fallecidos por el alud que a finales de marzo sepultó parte de la población ecuatoriana de Alausí ascendió este miércoles a 43, después de que las brigadas de rescate lograran recuperar otros cuatro cuerpo de la zona del desastre, según reportó la Fiscalía General.
La Fiscalía indicó que los cadáveres recuperados fueron identificados como José Benito B., Ariadne Guadalupe B., Derek Enrique C. y Fátima Guadalupe Q.
«Hasta hoy, son 43 fallecidos en el desastre natural», puntualizó.
Al menos 45 personas faltan por ubicar dentro de las más de 24 hectáreas que cubrió este gran deslizamiento de tierra ocurrido en la noche del 26 de marzo.
De los más de 1.000 damnificados por el desastre, que se han visto obligados a desalojar sus casas ante el riesgo de un nuevo corrimiento de tierra, menos de 30 están acogidos en uno de los 4 albergues temporales dispuestos en el municipio.
La mayoría continúa temporalmente hospedado en viviendas de familiares y de amigos de diversos puntos del país, ante la imposibilidad de momento de retornar a sus domicilios.
Hasta el momento son 57 casas que se estima que fueron sepultadas y destruidas por el alud, mientras que otras 163 sufrieron también daños.
En las labores de rescate participan, pobladores, bomberos, militares y policías, mientras que en la población también está desplegado personal de instituciones de asistencia como Cruz Roja y delegados de diversos ministerios del Estado.
De acuerdo a la Secretaría de Gestión de Riesgo, por el alud también resultaron afectados 230 animales.
Hasta ahora se ha logrado retirar de la zona afectada cerca de 16.700 metros cúbicos de material.
Las autoridades ecuatorianas han elevado el nivel de alerta de amarilla a naranja ante el riesgo creciente de un nuevo alud, producto de la continuidad de diversas grietas en la parte alta de la montaña y el ingreso de agua a la masa de tierra deslizada por lluvias y colapso del sistema de saneamiento.
Esta tragedia sucedida en Alausí, población de la provincia andina de Chimborazo, se llevó por delante decenas de vidas que no alcanzaron a evacuar sus viviendas pese a que desde finales del año pasado había señales que anticipaban un inminente deslizamiento, como grandes grietas en la montaña. EFE