Los operadores de los sistemas eléctricos de los tres países bálticos han acordado desconectar sus redes de Rusia y de Bielorrusia y sincronizarlas con los sistemas de Europa occidental a partir de febrero de 2025, anunció hoy el operador lituano Litgrid.
Según un comunicado, Litgrid, Elering (Estonia) y AST (Letonia) han firmado ya el acuerdo correspondiente.
La interrupción de los vínculos con las redes eléctricas de Rusia y Bielorrusia implica que éstas ya no se emplearán para la sincronización o para garantizar una frecuencia de 50 herzios en el flujo de corriente, funciones que por el contrario pasarán al área síncrona de la Europa Continental.
La sincronización significa que una súbita caída del suministro -por ejemplo debido a un problema en el funcionamiento de una central energética- queda compensada de forma automática por otras plantas conectadas a la red.
En un principio, los operadores de los sistemas eléctricos bálticos tenían previsto desconectarse de la red rusa a finales de 2025, pero la fecha se adelantó tras realizar un estudio en el que participaron también expertos polacos.
El temor a que Rusia pudiera cortar de forma unilateral el vínculo en un entorno político cada vez más hostil también contribuyó a acelerar los planes de desconexión.
La desincronización eliminará uno de los últimos vestigios de los tiempos en que los tres países bálticos eran parte de la Unión Soviética y está previsto realizarla desde 2007.
El paso tendrá un coste de cientos de millones de euros, en su mayor parte financiados por la Unión Europea (UE), según han afirmado representantes gubernamentales con anterioridad.
Así, el operador letón AST ha informado de que invertirá 175 millones de euros en instalar y modernizar el equipamiento necesario para la sincronización con la red europea.
Los tres países bálticos han puesto fin mayoritariamente a la importación de electricidad de sus vecinos orientales, en particular tras la invasión rusa de Ucrania.
En caso de necesidad o para vender electricidad producida en exceso recurren a sus vecinos bálticos y en la actualidad comercian a través del mercado nórdico de electricidad Nordpool.
EFE