Israel volvió este viernes a cargar contra la ONU en su propia sede, después de que la Asamblea General aprobase con 120 votos a favor y 14 en contra una resolución no vinculante para pedir «una tregua inmediata, sostenible y duradera» en Gaza.
Tras la votación, el embajador israelí Gilad Erdan -que el martes pidió la dimisión del secretario general António Guterres por su presunta parcialidad pro palestina- se despachó en descalificaciones contra toda la ONU, una institución «que ya no tiene una pizca de legitimidad o relevancia».
En tono muy airado, Erdan dijo que «hoy es un día oscuro para la ONU y para el género humano» porque «la mayoría de la comunidad internacional ha mostrado que prefiere defender a los nazis terroristas de Hamás antes que al Estado de Israel, que cumple las leyes para defender a los civiles».
La resolución no tiene ningún poder coercitivo, pero sí un alto valor simbólico, razón por la que Erdan no pudo disimular su ira ante un documento «ridículo» y «terrible» cuyo objetivo es «hacer que Israel deje de defenderse».
Incluso en el día en que la Franja de Gaza se quedó sin internet y sin telefonía, Erdan no tuvo reparos en afirmar que «Israel está siguiendo de cerca la situación en Gaza y sabemos que no hay crisis humanitaria según la ley internacional», en contradicción con todos los informes de la ONU.
Y terminó acusando a la comunidad internacional de dar por buenas todas las versiones de Hamás de lo que allí sucede: «Y siguen repitiendo sus mentiras. ¿No les da vergüenza? -dijo a los delegados, y repitió: «¿no les da vergüenza?».
EFE