La dictadura de Daniel Ortega informó este lunes que Nicaragua ya no forma parte de «ese infame organismo llamado OEA», a la que acusó de ser «injerencista, instrumento de intervención del Gobierno unipolar y hegemónico decadente de los Estados Unidos», y responsable de los golpes de Estado en el hemisferio.
«Nos retiramos definitivamente. Nicaragua ya no tiene ninguna relación, ya no somos miembros de ese infame organismo llamado OEA«, escribió el canciller nicaragüense, Denis Moncada, en un mensaje en ocasión de la salida de su país de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que se hizo efectiva el domingo.
El régimen sandinista presentó hace dos años la solicitud formal para salir de la OEA, luego de que la Asamblea General de Cancilleres de ese organismo descalificara las elecciones en las que Daniel Ortega, en el poder desde 2007, fue reelegido para un quinto mandato y cuarto consecutivo, con sus principales contendientes en prisión.
Según el canciller nicaragüense, «la OEA continúa siendo el Ministerio de Colonias diseñado y organizado por el poder norteamericano para encubrir y justificar sus acciones agresivas, violatorias del Derecho Internacional contra los pueblos y Gobiernos progresistas y revolucionarios de América Latina y el Caribe».
«La OEA materializa la extensión del poder y el injerencismo del Gobierno norteamericano contra la independencia, soberanía, el bienestar, paz y seguridad de los pueblos del Hemisferio», sostuvo.
Nicaragua acusa a la OEA de «golpista»
En ese sentido, Nicaragua acusó a la OEA, con el apoyo de EE.UU., de ser responsables de los derrocamientos de los presidentes Jacobo Árbenz, en Guatemala, en 1954; de João Goulart, en Brasil, en 1964; de «la ocupación militar de República Dominicana en 1965 durante el Gobierno del profesor Juan Bosch», de Salvador Allende, en Chile, en 1973, y de Maurice Bishop, en Granada, 1983.
También de la invasión en 1989 a Panamá; del fallido «golpe de Estado» contra el presidente de Venezuela Hugo Chávez, en abril de 2002; del derrocamiento de Manuel Zelaya, en Honduras, en 2009; del «intento frustrado de golpe de Estado» contra el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en 2010, y de la destitución del presidente de Paraguay, Fernando Lugo, en 2012, entre otros.
Managua dijo, además, que «la falsedad de los informes electorales de la OEA fue la punta de lanza para el golpe de estado en Bolivia y el derrocamiento del presidente Evo Morales», y que tanto ese organismo, como EE.UU., y la Unión Europea desconocen al Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y «promueven un fantoche presidencial y usurpan» la representación de Caracas en el Consejo Permanente de la OEA.
«Cerramos ese capítulo nocivo de la OEA»
En el caso de Nicaragua, según el canciller, «la OEA ha tenido de manera reiterada una actuación injerencista, transgrediendo los principios de no intervención en los asuntos internos, el respeto a la soberanía de los Estados y el derecho de los pueblos a elegir libremente su destino, principios reconocidos por el Derecho Internacional y contenidos en su Carta constitutiva».
«Esa acción intervencionista quedó demostrada con su involucramiento y actuación parcializada en el fallido golpe de Estado de 2018 en Nicaragua», anotó Moncada.
Por tanto, Nicaragua enfatizó «que no somos colonia de ninguna potencia, y reivindicamos la dignidad y el decoro nacional, en legítima defensa de nuestra independencia, soberanía y autodeterminación, y por esta razón, el Gobierno digno de Nicaragua, el 18 de noviembre de 2021, renunció a formar parte de ese Ministerio de Colonias, denunciando la Carta de la OEA».
Asimismo, Moncada destacó que «hoy ya cesaron los efectos internacionales nocivos contra Nicaragua», que su país está libre «de ataduras y vínculos con ese ente del imperio que mucho daño ha causado a nuestra América y a Nicaragua» y han cerrado «ese capítulo nocivo de la OEA». EFE