El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, urgió este sábado al Congreso de Estados Unidos a «tomar la decisión correcta lo antes posible» sobre la ayuda a Ucrania porque es «urgente».
Existe en este momento «la necesidad vital y urgente de que Estados Unidos decida un paquete (de ayuda) para Ucrania, porque necesita ese apoyo. Y tenemos una carga compartida entre Europa, Canadá y Estados Unidos. Así que ahora corresponde a Estados Unidos cumplir lo que han prometido», afirmó Stoltenberg en su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Para el político noruego, que compartió un panel sobre el futuro de Ucrania y la Alianza Atlántica con la primera ministra estonia, Kaja Kallas, y el senador republicano estadounidense Pete Ricketts, «no se trata sólo de tomar la decisión correcta, sino de tomar la decisión correcta lo antes posible, lo más rápido posible, porque es urgente».
«Cada semana que esperemos significa que habrá más personas asesinadas en la línea del frente en Ucrania», apremió el secretario general de la Alianza Atlántica cuando está cerca de cumplirse el segundo aniversario de la invasión a gran escala de Rusia iniciada el 24 de febrero de 2022.
Stoltenberg reconoció que Estados Unidos ha hecho mucho, particularmente en lo que respecta al apoyo militar a Ucrania, pero insistió en que el problema ahora es que la falta de decisión en el Congreso de Estados Unidos significa que el flujo desde Estados Unidos ha disminuido y eso tiene un impacto directo en la primera línea en Ucrania.
La continuación de la ayuda de Estados Unidos a Ucrania en su guerra con Rusia está pendiente de decisiones en el Congreso donde un sector del Partido Republicano, que tiene mayoría en la Cámara de Representantes, se ha mostrado escéptico a seguir financiando el conflicto.
Sobre la ayuda a Kiev, el secretario general de la OTAN destacó que «cuando se analiza el apoyo global «los aliados europeos y Canadá han brindado más apoyo a Ucrania en total que Estados Unidos».
Stoltenberg defendió que los aliados europeos «han dado un paso adelante» a la hora de invertir en gasto militar, y recordó que 18 de los 31 miembros de la OTAN alcanzarán, este 2024, el compromiso de destinar un 2 % de su PIB en presupuesto de defensa.
Advertencia a Moscú y disuasión nuclear
Asimismo advirtió a Rusia de que cualquier ataque a un país miembro de la OTAN «desencadenará la respuesta de toda la Alianza» y aseguró que «ningún aliado será atacado mientras transmitamos claramente este mensaje a Moscú».
Una semana después de que el expresidente estadounidense Donald Trump dijera que «animaría» a Rusia a atacar a los países de la OTAN que no gasten suficiente dinero en defensa, el secretario general de la Alianza aseveró que la capacidad de disuasión del bloque «sigue siendo creíble» y alejó la posibilidad de un ataque.
Y se mostró en contra de «la idea de desarrollar algún tipo de disuasión nuclear conjunta paralela entre algunos aliados de la OTAN, sin incluir a Estados Unidos, y presumiblemente tampoco al Reino Unido, (ya que) no es útil y sólo socavará una amenaza nuclear que ha funcionado bien para muchos».
«Nunca podemos dar por sentada la paz, pero creo que es importante transmitir que no vemos ninguna amenaza inminente contra ningún aliado de la OTAN. El mundo se ha vuelto más peligroso, pero la OTAN se ha vuelto más fuerte», zanjó.
Lecciones de la guerra
«Representamos el 50%, aproximadamente, del poder militar total del mundo. Y militarmente, somos más fuertes que Rusia. Pero al mismo tiempo creo que la guerra en Ucrania ha demostrado que existen algunas lagunas graves» en la Alianza, señaló el político noruego.
Y citó, entre otras, el mantenimiento de los sistemas de armas avanzados, que necesitan repuestos, y sobre todo, municiones, cuyas existencias se están agotando. Aunque ahora, dijo, los aliados se están centrando en cómo aumentar la producción y se están creando nuevas fábricas, pero «es urgente hacer más».
Stoltenberg también aludió al problema de la interoperatibidad de armamento por los «pequeños cambios» sobre los estándares de la OTAN hechos por algunos aliados para «proteger a su propia industria». EFE