La embajada de Rusia en Praga amaneció este martes rociada de un líquido rojo, en alusión al ‘baño de sangre’ que supuso el letal ataque con misiles perpetrado la víspera en Ucrania por el ejército ruso, que entre otros impactó en el mayor hospital infantil del país invadido.
En medios locales y en las redes sociales se publican las correspondientes fotos del edificio de la legación diplomática, así como la filmación de la acción de protesta llevada a cabo la víspera por un hombre y una mujer.
Las imágenes, evidentemente grabadas con la aprobación de los autores de la protesta, muestran cómo ambos caminan tranquilamente con un cubo rojo cada uno hasta la entrada de la embajada, donde arrojan el líquido sobre un soporte.
En la descripción en las redes sociales se señala que los cubos contenían ketchup.
En marzo de 2022, poco después de que Rusia lanzase su invasión de Ucrania, el Ayuntamiento de Praga cambió el nombre de un tramo de la calle donde se encuentra la embajada rusa, bautizándolo como «calle de los Héroes Ucranianos».
Ya antes, la plaza situada frente a la misma misión diplomática pasó a llamarse Boris Nemtsov, en homenaje a ese político opositor ruso asesinado en Moscú en 2015.
Al menos 38 muertos (entre ellos al menos 4 niños) y 190 heridos causaron los ataques con misiles estratégicos de crucero que desplegó Rusia el lunes en varias localizaciones del territorio ucraniano, entre ellas el hospital infantil Ojmatdit de Kiev.
La ofensiva se produjo justo antes de abrirse la cumbre de la OTAN en Washington, donde hasta el jueves se discutirá cómo los países miembros pueden seguir ayudando militarmente a Ucrania.
Tanto el presidente checo, Petr Pavel, como el ministro de Exteriores, Jan Lipavsky, condenaron el ataque al hospital infantil, y vaticinaron que el presidente ruso, Vladímir Putin, no se detendrá ante nada.
«Voy de camino a una cumbre de la OTAN, donde espero que los miembros lleguen a un consenso en el sentido de que todos vemos a Rusia como la mayor amenaza para nuestra seguridad, para la que debemos estar completamente preparados», escribió Pavel en su cuenta de X.
«Mientras los idiotas útiles hablan maravillas de la paz con (el presidente ruso, Vladímir) Putin, él está enviando misiles a un hospital infantil», dijo Lipavsky en la misma red social, en una evidente alusión a la reciente visita del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, a Moscú.
Tras asumir su país la presidencia de turno de la Unión Europea, el ultranacionalista Orbán se reunió con Putin en el marco de lo que él llamó una «misión de paz», sin haberla coordinado con el resto de los Veintisiete, lo que ha causado malestar en el seno de la Unión.