El presidente colombiano, Gustavo Petro, condenó el ataque de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra una base militar en Puerto Jordán, en el departamento de Arauca, que dejó dos soldados muertos y 27 heridos, y aseguró que «es una acción que cierra un proceso de paz con sangre».
«Las consecuencias de las acciones y del flujo de la historia hoy nos traen un hecho dramático y repetido en nuestros últimos años, una volqueta cargada de explosivos que hiere 27 jóvenes y mata dos, dentro de los datos que tengo, puesta por el ELN con quien estábamos conversando de paz», afirmó Petro la posesión de la magistrada Claudia Regina Expósito como miembro del Consejo Superior de la Judicatura.
El mandatario comparó el ataque con el atentado contra la Escuela de Cadetes de la Policía colombiana en Bogotá, que en enero de 2019 dejó 20 muertos y 68 heridos, entre ellos una cadete ecuatoriana, y que puso fin al diálogo que en ese momento mantenía el Gobierno con esa guerrilla.
«Y obviamente, como sucedió aquella vez en otro sitio aquí cerca, en la Escuela de la Policía, pues murieron muchísimos agentes de policía, alféreces que estaban estudiando allí, pues prácticamente es una acción que cierra un proceso de paz con sangre», agregó.
Oportunidad perdida
El Gobierno colombiano y el ELN iniciaron en noviembre de 2022 en Caracas un nueva negociación de paz que, sin embargo, se estancó a comienzos de este año por las exigencias de la guerrilla de que el Ejecutivo los retire de la lista de grupos terroristas y abandone los diálogos regionales como el que mantiene en el departamento de Nariño (suroeste) con Comuneros del Sur, supuestamente escindido del ELN.
Durante las negociaciones en Caracas, La Habana y Ciudad de México, las partes acordaron el cese el fuego bilateral de un año, el más largo pactado con esa guerrilla, que terminó el pasado 3 de agosto, tras lo cual el ELN reanudó sus ataques contra la fuerza púbica e infraestructuras en distintas partes del país, especialmente en Arauca, donde es particularmente fuerte.
«Y es como un eterno devenir, silenciar una parte del pueblo y seguir en guerras, matándonos entre nosotros una y otra vez como si esa fuera nuestra historia», lamentó el mandatario.
En esta línea también se expresó el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo: «No puede seguir una mesa de negociaciones en medio de la sangre de nuestros soldados heridos, de la población civil. El ELN no entendió el mensaje (…) ha perdido una oportunidad histórica para negociar la paz; insiste en la violencia, insiste en hacerle daño a los colombianos».
«Al ELN, definitivamente, lo dejó el tren de la historia», concluyó Cristo.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, consideró que «la decisión del Gobierno Nacional de dar por terminado el proceso de paz es la correcta».
«Colombia no puede negociar con quienes no han dado ninguna demostración de tener voluntad de paz», manifestó Galán en su cuenta de X, en la que lamentó «el atentado que cobró la vida de dos militares y dejó heridos a otros 27 en Jordán, Arauca».
El atentado
El atentado de este martes fue en la base militar de Puerto Jordán, en Arauca (este), que «fue atacada con artefactos explosivos improvisados lanzados desde una volqueta».
Según las cifras proporcionadas por el Ministerio de Defensa, 27 soldados resultaron heridos, «de los cuales 20 tienen esquirlas» y siete están «heridos de gravedad».
El domingo pasado dos soldados murieron en una zona rural de Tame (Arauca) en un ataque atribuido al ELN que les disparó mientras estaban en un puesto de control.
Esta escalada terrorista también incluye atentados a los oleoductos Caño Limón-Coveñas y Bicentenario, dos de los más importantes del país.
El oleoducto Caño Limón-Coveñas, de 770 kilómetros de longitud, transporta el petróleo desde los pozos de Arauca hasta Coveñas, un puerto colombiano en el mar Caribe.