Este jueves 6 de marzo se cumplen dos semanas de la desaparición forzada del periodista de La Patilla, Rory Branker, hecho ocurrido el 20 de febrero por agentes del régimen de Maduro vestidos de civil en Caracas.
Inicialmente, se informó que fue trasladado a la sede de El Helicoide; sin embargo, horas más tarde, su familia no pudo localizarlo, y su paradero actual sigue siendo desconocido.
Tras su detención, agentes del Sebin allanaron su residencia y confiscaron dos laptops, así como también telefónos celulares.
Hasta el momento, el régimen de Maduro no ha proporcionado información oficial sobre las razones de su arresto ni sobre su estado de salud. Sin embargo, el miércoles 26 de febrero, en el programa «Con el mazo dando» que conduce el Ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, confirmó la detención de Branker, acusándolo de presunto delito de «extorsión».
También las organizaciones de derechos humanos consideran esta acusación como parte de una política sistemática de represión contra la prensa en Venezuela.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), Espacio Público (EP) y el Colegio Nacional de Periodistas, seccional Caracas, denunciaron la detención arbitraria de Branker y exigen su liberación inmediata. Además, la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó el arresto y pidió garantías para su salud e integridad física.
Hasta la fecha, no se ha informado oficialmente sobre el paradero de Branker ni se le ha permitido acceso a un abogado, lo que genera preocupación a sus familiares, colegas periodistas y comunidad internacional.
La semana pasada, Cheryl Ann Branker, madre del periodista, exigió a las autoridades -a través de un video- información sobre el paradero de su hijo. «Yo quisiera saber dónde está mi hijo Rory Daniel Branker, porque tengo una semana que no lo veo. No sé si está desaparecido o dónde está. ¡Esto me está matando!», expresó.
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