El ministro de Justicia de Francia, Gérald Darmanin, anunció la apertura, de aquí a 2028, de una cárcel de máxima seguridad en el departamento francés de la Guayana, cubierto por la selva amazónica y a más de 7.000 kilómetros de París, una iniciativa criticada por activistas de los Derechos Humanos.
En una entrevista al medio conservador Jornal de Dimanche (JDD), Darmanin explicó que la meta de esta tercera prisión de alta seguridad de Francia es «dejar fuera de juego a los perfiles más peligrosos del narcotráfico». Para ellos reservará 60 de las 500 plazas previstas. Otra parte se destinarán para yihadistas.
Según cifras de 2024, un total de 110 personas fallecieron en el país europeo por culpa de todo lo que rodea al narcotráfico (ajustes de cuentas, muertes accidentales), que supuso una caída de casi el 20 % respecto a 2023, pero que el Ejecutivo considera aún elevado.
Para Darmanin, situar a los narcotraficantes a 7.000 kilómetros de la Francia metropolitana servirá «para alejarlos de manera duradera» de sus redes mafiosas.
La nueva prisión, que según el JDD tendrá un coste de 400 millones de euros, se ubicará en Saint-Laurent-du-Maroni, una pequeña localidad de la Guayana francesa situada en medio de la selva amazónica y cerca de la frontera de Surinam.
Esta antigua colonia holandesa está considerada como una de las plataformas internacionales del tránsito de droga, especialmente de la cocaína, pues por allí circulan las conocidas como ‘mulas’ (transportan los estupefacientes dentro de su cuerpo tras ingerirlos) procedentes de la también vecina Brasil.
Abogados en favor de los Derechos Humanos se apresuraron en criticar el anuncio de Darmanin por considerar que no favorece la reinserción social del recluso. EFE