José L. Haar sigue sufriendo de claustrofobia y dolor crónico en la espalda, dolencias remanentes de las horas que pasó atrapado bajo los escombros entre sus dos hermanos muertos hace décadas.
Por Infobae
Haar, que había sido contratado para transportar escombros de un proyecto de demolición, fue uno de los tres sobrevivientes del colapso del Club Kennel Biscayne, una pista de carreras de perros ubicada cerca de Miami que cedió en 1997, durante la demolición que realizaba un subcontratista sin licencia, seguro ni registro.
“Todos empezaron a echarse la culpa: los dueños, la ciudad”, dijo Haar, que era empleado de una empresa demoledora que trabajaba en el lugar. “Fue una situación muy difícil”.
El colapso de edificio que mató a dos hombres ha vuelto a los titulares después de que se supo que un inspector municipal que realizó varias inspecciones durante la demolición fue Ross Prieto, jefe principal de edificaciones en Surfside, Florida, que le dijo a los habitantes de la torre Champlain Towers South que su edificio parecía sólido casi tres años antes del mortal colapso de la semana pasada.
En noviembre de 2018, Prieto le aseguró a los propietarios del condominio que su edificio parecía estar “en buenas condiciones”, a pesar de las preocupaciones de un ingeniero consultor, lo cual se ha convertido en uno de los muchos elementos que probablemente revisarán los investigadores en su intento por determinar qué provocó la falla del 24 de junio, que dejó al menos 18 personas muertas y más de 140 desaparecidas.
Con pocas pistas sobre la causa del colapso, los expertos esperan que los investigadores consideren una amplia variedad de factores, entre ellos: los retrasos para tomar medidas ante las recomendaciones de reparaciones que hizo el consultor; las fallas de construcción o diseño; los problemas de suelo bajo la superficie, así como la posibilidad de que una fuerza externa —por ejemplo, un vehículo que golpeó un poste en el estacionamiento subterráneo— pudieran haber afectado algún componente estructural fundamental del edificio.
En todo el sur de la Florida, las ciudades inspeccionan los edificios antiguos en la costa —que es famosa por los efectos que tienen las condiciones de la intemperie en los rascacielos— para determinar si alguno enfrenta problemas estructurales de importancia.
La ciudad de Doral —donde Prieto trabaja como ingeniero consultor de edificaciones desde mayo— anunció esta semana que Prieto renunció por razones que no se dieron a conocer, y que estaba revisando los ocho proyectos en los que había trabajado en esa ciudad. Aunque no hay indicios de que haya problemas con su trabajo, dijo un portavoz de la ciudad, la revisión se está realizando por un “exceso de precaución”.
Prieto no ha dado declaraciones desde la caída de las Champlain Towers South y no respondió a repetidos pedidos de comentario ni a una nota que se dejó en la puerta de su casa.
Prieto, de 54 años, cuenta con una maestría en gestión de construcciones y más de 25 años de experiencia como inspector de edificaciones y techos en al menos seis ciudades del sur de Florida, entre ellas Miami, Miami Beach y Hialeah.
Durante más de siete años, Prieto fue el principal funcionario de edificación en Surfside. En correos electrónicos divulgados por la ciudad se lee que tenía conocimiento de un reporte clave de ingeniería que en 2018 advirtió sobre los daños al hormigón y los refuerzos de acero del edificio en zonas que podían afectar su integridad estructural. Cuando acudió a una junta con el directorio de la asociación del condominio en noviembre, aseguró a los residentes que la torre parecía estar “en buenas condiciones”, según las minutas de la reunión.
Más tarde, cuando los residentes de Champlain Towers South escribieron a las autoridades de la ciudad para expresar su inquietud ante las actividades de voladura y construcción en un lugar cercano que les causaban “preocupación por la estructura de nuestro edificio”, Prieto se negó a enviar a un inspector, según los correos electrónicos divulgados por la ciudad.
“No hay nada que inspeccionar”, respondió en otro correo electrónico.
“El mejor curso de acción es hacer que alguien inspeccione la cerca, la piscina y las áreas adyacentes en busca de daños o contratar a un consultor para monitorear estas zonas, ya que son las más cercanas a la construcción”, escribió Prieto. No se han dado a conocer registros de ingeniería que sugieran un vínculo entre la construcción y los daños en Champlain Towers.
El jueves, funcionarios de Surfside les entregaron cartas a los propietarios indicando que todos los edificios frente al mar que tengan más de 30 años de antigüedad y más de tres pisos de altura deben contratar ingenieros para iniciar las certificaciones que la ley requiere a los 40 años de construcción, lo que adelanta el proceso por 10 años. La ciudad también está solicitando a los propietarios que contraten ingenieros geotécnicos registrados para analizar los cimientos y los suelos subterráneos.
Surfside lo contrató en 2013 como su principal funcionario de edificaciones con un sueldo de 110.000 dólares anuales.
“No tenía conocimiento de que hubiera algún problema. Al contrario, había gente que me decía que estaban muy contentos con Prieto”, dijo el alcalde de Surfside, Charles W. Burkett, quien enfatizó que se integró al municipio después de la contratación de Prieto. “Pueden revisar las reuniones de la comisión y, tal como recuerdo, la gente elogiaba su interés y su trato por ser servicial”.