El exministro Rafael Ramírez aseguró este domingo que los precandidatos del «madurismo» sufrieron una «estrepitosa derrota» en las postulaciones por parte de las UBCH para las primarias del PSUV, y cuestionó a Elías Jaua y Francisco Arias Cárdenas por aceptar su exclusión del proceso.
En su columna semanal, Ramírez señaló que el proceso de postulaciones, realizado el pasado 27 de julio, «transcurrió plagado de todo tipo de incidentes» como «violencia, manipulación, cambio de actas y un largo etc».
Destacó que «a pesar de todo esto, el resultado fue una estrepitosa derrota del madurismo en las internas, la mayoría de sus candidatos y actuales autoridades fueron raspadas por las bases del partido, quienes optaron por sectores del partido distintos o no vinculados directamente con el desastre del gobierno, con la cúpula del madurismo».
Sin embargo, Ramírez denunció que ante esta situación adversa, la dirección nacional del PSUV «agarró las actas y, al mejor estilo adeco, decidió quién iba o no iba al baile. Es decir, la cúpula del partido, sacó de las postulaciones a los candidatos que por distintas razones e intereses internos no podrían ser postulados por el PSUV».
«Hubo casos diversos: ajustes de cuenta, miedo, intereses de grupo, candidatos emblemáticos como Elías Jaua y Arias Cárdenas fueron sacados porque sí, porque no le dio la gana a la cúpula. Así de sencillo, porque no les van a dar espacios», explicó el expresidente de PDVSA.
Ramírez les hizo «un llamado de atención» a estos dirigentes aceptar su exclusión del proceso de primarias para favorecer la «unidad» en el PSUV.
«¿Hasta cuándo el PSUV va a seguir haciendo “lo que maduro diga”? ¿Se trata de la “unidad” hueca, vacía, o de la unidad en torno a Chávez, al Plan de la Patria, al Socialismo, a la Constitución y las leyes de la República?«, se preguntó el exministro.
Rafael Ramírez aseguró que el PSUV «se ha convertido en un apéndice de un mal gobierno» e ironizó asegurando que la «democracia interna» del partido es una en la que «nadie puede opinar, nadie puede criticar, nadie puede decir nada, so pena de ser señalado, arrinconado, expulsado y peor aún, perseguido o hecho preso, acusado de traidor o corrupto”.