Una atleta bielorrusa dijo que la llevaron al aeropuerto en contra de sus voluntad este domingo para abordar un vuelo de regreso a casa después de que se quejó públicamente de los entrenadores nacionales en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Krystsina Tsimanouskaya, quien debía competir en los 200 metros femeninos el lunes, dijo a Reuters que no planeaba regresar a su país y que había buscado la protección de la policía japonesa en el aeropuerto de Haneda de Tokio para no tener que abordar el vuelo.
“Pido al Comité Olímpico Internacional que me ayude, me han presionado y tratan de hacer que abandone el país sin mi acuerdo”, dijo la atleta en un mensaje en Instagram.
“Pido la intervención del COI”, insistió.
“No regresaré a Bielorrusia”, agregó a Reuters en un mensaje por Telegram.
Por su lado, el Comité Olímpico Bielorruso dirigido por Viktor Lukashenko, hijo del dictador del país Alexander Lukashenko, aseguró en un comunicado que la deportista tuvo que suspender su participación en los Juegos “por decisión de los médicos, debido a su estado emocional y psicológico”.
Una declaración calificada de “mentira” por la atleta frente a la prensa, en el aeropuerto de la capital japonesa.
Tsimanouskaya, de 24 años, dijo que el personal de entrenamiento había ido a su habitación el domingo y le había dicho que hiciera las maletas. La llevaron al aeropuerto antes de que pudiera correr en el relevo de 200 metros y 4×400 metros el jueves.
Dijo que la habían sacado del equipo “por el hecho de que hablé en mi Instagram sobre la negligencia de nuestros entrenadores”.
Krystsina Tsimanouskaya criticó con dureza a la Federación Bielorrusa de Atletismo, al señalar que había sido obligada a participar en el relevo de 4×400 metros, cuando inicialmente debía correr las pruebas de 100 y 200 metros, debido a la cantidad insuficiente de tests antidopaje efectuados por otros dos atletas bielorrusos.
“¿Por qué nosotros debemos pagar vuestros errores? (…) ¡Es arbitrario!”, posteó indignada la velocista.
“Jamás hubiera reaccionado de esta forma tan severa si me lo hubieran adelantado, explicado la situación completa y pedirme si podía correr los 400 metros. Pero decidieron hacer todo a mis espaldas”, añadió en otro posteo.
“Algunas de nuestras chicas no volaron aquí para competir en el relevo de 4×400 m porque no tenían suficientes controles de dopaje”, explicó Tsimanouskaya a Reuters desde el aeropuerto.
“Y el entrenador me agregó al relevo sin mi conocimiento. Hablé de esto públicamente. El entrenador en jefe se me acercó y me dijo que había una orden de arriba para sacarme”.
Tsimanouskaya agregó que estaba de pie junto a la policía japonesa en el aeropuerto y se acercó a un miembro de la diáspora bielorrusa en Japón para que la recogiera en el aeropuerto.
La policía de Haneda dijo que no había nadie disponible de inmediato para comentar.