Estados Unidos suspendió su presencia diplomática en Afganistán y trasladó sus operaciones de la embajada a Doha, Catar, anunció este lunes el secretario de Estado, Antony Blinken.
Sin embargo, Washington seguirá “ayudando” a los ciudadanos estadounidenses que quieran salir del país tras la retirada final de las tropas de Estados Unidos, subrayó.
En una declaración televisada apenas unas horas después de que los vuelos de evacuación final salieran de Kabul, Blinken dijo que un pequeño número de ciudadanos estadounidenses, “menos de 200” y probablemente más cerca de un centenar, permanecían en Afganistán.
Además, Blinken dijo que Estados Unidos “trabajará” con los talibanes si cumplen sus promesas.
“Cada paso que demos se basará no en lo que diga el gobierno talibán, sino en lo que haga para cumplir sus compromisos”, dijo Blinken, enfatizando que deberán ganarse “cualquier legitimidad y apoyo” de la comunidad internacional.
Este lunes, el último soldado estadounidense ha salido de Afganistán, dejando el país en manos de los talibanes, sus enemigos de 20 años, al final de la guerra más larga en la historia de Estados Unidos.
“El último avión C-17 despegó del aeropuerto de Kabul el 30 de agosto” a las 19H29 GMT, declaró el general Kenneth McKenzie en una conferencia de prensa.