Alemania, muy golpeada por un importante aumento de contagios por el COVID-19, debe prepararse para una nueva “ola masiva” provocada por la rápida difusión de la variante Ómicron, alertó este viernes el ministro de Salud, Karl Lauterbach.
“Debemos prepararnos para un desafío bajo una forma que aún no hemos conocido; incluso una evolución más suave (de la enfermedad) no hará grandes diferencias”, declaró el ministro en una conferencia de prensa en Hanover.
El grado de peligrosidad de esta nueva variante sigue siendo difícil de evaluar, pese a que las infecciones parecen menos graves, indicó el alto funcionario.
Esto “mantendría tal vez el número de muertes en un nivel bajo durante dos o tres semanas, pero el aumento en el número de casos puede neutralizar esta ventaja”, destacó el ministro que juzgó que sea “inevitable” la llegada de un periodo difícil.
Alemania enfrenta una virulenta alza de los contagios por la variante Delta. El número de casos cedió levemente tras la instauración de numerosas restricciones, pero el nivel de infecciones sigue siendo alto.
La cantidad de nuevos casos en 24 horas superó el viernes los 50.000, según los datos del Instituto Robert Koch (RKI).
Debido a que este indicador no disminuye lo suficientemente rápido, y teniendo en cuenta la carga elevada de casos que terminan en las unidades de cuidados intensivos y la llegada de la variante Ómicron, el RKI advirtió que la “evolución actual sigue siendo muy preocupante”.
Este instituto abogó por mantener e incluso endurecer de las restricciones.
En Alemania el porcentaje de personas con un esquema completo de vacunación llegó esta semana a la cota del 70% de la población total.