El Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en ingles) de las Naciones Unidas está ampliando su programa de comidas escolares en Venezuela para llegar a más de 110.000 estudiantes y personal escolar.
El WFP aumentará gradualmente las raciones mensuales de alimentos que distribuye en 1.000 escuelas de educación preescolar y educación especial, extendiendo el apoyo de las comidas escolares a los estados Barinas, Trujillo y Yaracuy, que se suman a Falcón donde inició el programa piloto.
El programa se dirige a los estudiantes menores de seis años de las zonas identificadas por el WFP como las más afectadas por la inseguridad alimentaria. El objetivo a largo plazo es proporcionar comidas en 11 estados de Venezuela, alcanzando hasta 1,5 millones de personas para el final del año escolar 2022-2023.
«Lo que los niños y niñas reciben hoy tendrá un efecto positivo en ellos para el resto de sus vidas», dijo Marco Selva, Director Adjunto del WFP en Venezuela. «Esta ampliación reafirma nuestro compromiso de proporcionar alimentos nutritivos a los niños y niñas en esta etapa crítica, en la que sus mentes y cuerpos lo necesitan para alcanzar su pleno potencial.»
En total, más de 156.000 kits del WFP para llevar a casa han sido recogidas en las escuelas del estado Falcón por los padres o tutores en nombre de los estudiantes desde el mes de julio. Las raciones, que pretenden cubrir las necesidades calóricas de los niños y niñas pequeños durante un mes, consisten en seis kilos de arroz, cuatro kilos de lentejas, una libra de sal yodada y un litro de aceite vegetal.
La fase piloto en Falcón se llevó a cabo en coordinación con las autoridades escolares y los profesores, y en asociación con organizaciones no gubernamentales. El WFP gestiona su propia cadena de suministro, desde la compra de los alimentos hasta la distribución de las raciones en las escuelas.
En simultáneo, están en marcha los preparativos para suministrar las raciones del WFP a los niños y niñas en las escuelas, ya que las clases presenciales se han reanudado tras ser suspendidas debido a la pandemia de COVID-19. Los ingenieros del WFP están evaluando las cocinas y los comedores de las escuelas para asegurarse de que las comidas calientes puedan cocinarse y servirse en el lugar de manera segura.