El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, invocó el lunes poderes de emergencia para poner fin a protestas de antivacunas y contra la medidas sanitarias para frenar el COVID-19 que la policía teme se tornen violentas.
“El gobierno federal ha invocado la Ley de Emergencias para complementar la capacidad provincial y territorial de hacer frente a los bloqueos y ocupaciones”, dijo Trudeau en una conferencia de prensa, y agregó que en esta etapa no se desplegarían militares.
Las protestas en la capital de Canadá han entrado en su día 18, según la emisora pública de la nación.
La Ley de Emergencias otorga al Gobierno federal poderes extraordinarios, incluido el derecho de prohibir los viajes desde o dentro de cualquier área específica y de requisar la propiedad que considere necesaria para manejar la situación.
La ley también permite al Gobierno ordenar la prestación de “servicios esenciales” por parte de cualquier persona e imponer multas de emergencia o prisión por violar las órdenes. Nunca se ha utilizado desde que se promulgó en 1988, pero requiere una “situación urgente y crítica, de carácter temporal, que ponga en peligro la vida, la salud o la seguridad de los canadienses”, según un memorando del Gobierno sobre la legislación.