La probabilidad de incendios forestales que devastan enormes superficies, como los de Australia en 2019 y 2020 o el del Pantanal sudamericano en 2020, aumentará a lo largo de este siglo, advirtió este miércoles la ONU.
Los incendios, naturales, accidentales o provocados, no son causados directamente por el calentamiento del planeta, pero suelen deberse a sequías cada vez más intensas y prolongadas, según ese informe de Naciones Unidas y el centro de estudios medioambientales GRID-Arendal.
“Incluso si se cumplen los esfuerzos más ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el planeta sufrirá un aumento dramático de la frecuencia de las condiciones que favorecen los incendios extremos”, estima.
Las condiciones favorables no implican forzosamente incendios. Pero incluso si el mundo lograra reducir el aumento de la temperatura media a +2°C respecto a la era preindustrial, objetivo principal de los acuerdos de París, el número de incendios catastróficos aumentará entre un 9% y un 14% hasta 2030, entre 20 y 33% hasta 2050 y entre 31 y 52% hasta 2100.
Esas cifras solo conciernen los incendios de mayor magnitud, que solo se producen una vez cada 100 años.
Con las nuevas condiciones climáticas, esos acontecimientos inusuales “incrementarán su probabilidad ligeramente”, explicó uno de los autores del informe, Andrew Sullivan, de la agencia australiana CSIRO, en rueda de prensa.
El informe no aborda el aumento de todos los incendios forestales, sea cual sea su categoría, pero “es probable que los episodios menos extremos aumenten igualmente”, explicó.