La cervecería holandesa Heineken anunció este miércoles que detendrá su producción, publicidad y venta de bebidas en Rusia, como respuesta a la invasión emprendida por el régimen de Vladimir Putin contra Ucrania.
«Estamos conmocionados y entristecidos al ver cómo se desarrolla la tragedia en Ucrania. Estamos con el pueblo ucraniano y nuestros corazones están con todos los afectados. La guerra del Gobierno ruso contra Ucrania es un ataque no provocado y completamente injustificado», afirmó en un comunicado el director ejecutivo de la compañía, Dolf van den Brink.
Además, Heineken anunció que ya no aceptará ningún beneficio financiero neto derivado de sus operaciones en Rusia. «Esto se suma a la suspensión anunciada anteriormente de todas las nuevas inversiones y exportaciones a Rusia», explicó el CEO de la compañía.
«Estamos evaluando las opciones estratégicas para el futuro de nuestras operaciones rusas. Vemos una clara distinción entre las acciones del Gobierno y nuestros empleados en Rusia. Durante más de veinte años, nuestros empleados locales han sido miembros valiosos del negocio de Heineken. Apoyar a nuestros empleados y sus familias es un principio clave a medida que definimos el camino a seguir», añadió.
Informó además que intensificarán el apoyo y las donaciones a las ONG que operan en Polonia, Hungría, Rumania y Eslovaquia.