El caso de Marina Ovsyannikova, la periodista que irrumpió en el noticiero central ruso para protestar contra la invasión, sacó a la luz algo que se venía produciendo de forma casi silenciosa: una ola de renuncias de periodistas en los principales medios estatales rusos.
Vía INFOBAE
Algunos por su oposición a la incursión armada en suelo ucraniano, y otros por temor a ser incluidos en las contundentes sanciones aplicadas por Occidente. Esto último, según informa la BBC, ya lo sufrieron algunos de los más reconocidos presentadores de la televisión rusa, como Vladimir Solovyov, quien presenta un programa de entrevistas en el canal más importante, Rossiya-1. Margarita Simonyan, que ha acusado a cualquiera que se avergüence de ser ruso en este momento de no serlo realmente, también fue alcanzada por las sanciones.
De acuerdo a lo consignado por la cadena británica, horas después de la protesta de Ovsyannikova, que dio la vuelta al mundo, salieron a la luz tres renuncias. Zhanna Agalakova, periodista de Channel One, dejó su puesto de corresponsal en Europa, mientras que otros dos reporteros se fueron de la cadena rival NTV: Lilia Gildeyeva trabajaba para el canal como presentadora desde 2006 y Vadim Glusker llevaba casi 30 años en NTV.
También trascendió que se habría producido una renuncia en masa en el grupo de televisión estatal VGTRK. Lo propio habría ocurrido en la redacción de Vesti, según lo informado por el periodista Roman Super. Sin embargo, el famoso presentador Sergey Brilev desmintió las informaciones sobre su dimisión.
Una de las renuncias que más ruido provocó fue la de Maria Baronova, periodista de la estatal RT. Otros periodistas dejaron en los últimos días ese medio, uno de los de mayor alcance a nivel internacional.
Shadia Edwards-Dashti, ex corresponsal en Londres, anunció su dimisión el pasado 24 de febrero, día en que Rusia inició la invasión a Ucrania. El mismo día renunció Jonny Tickle, quien se desempeñaba en Moscú, justificando su decisión a “los recientes acontecimientos”.
El presentador francés de RT, Frédéric Taddeï, reconoció que dejaba su programa porque Francia estaba “en conflicto abierto” con Rusia y no podía seguir el ciclo “por lealtad a mi país”.
Días más tarde, la Unión Europea (UE) anunció la prohibición de todos los medios de comunicación de RT, así como de Sputnik, también alineado al Kremlin, por su “campaña de desinformación, manipulación de la información y distorsión de los hechos”.
Reuters reportó que la agencia estatal de noticias rusa Ruptly, con sede en Alemania, también sufrió una oleada de dimisiones. A la larga lista se suma Ivan Urgant, uno de los principales presentadores de Rusia, quien dejó su programa “Evening Urgant” en el segundo canal local, Channel One, el mismo que Ovsyannikova repudió ante el mundo la guerra en Ucrania.
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