María Corina Machado, candidata a las primarias del 22 de octubre por Vente Venezuela, propuso este martes un acuerdo para reestructurar la deuda externa del país a través de un proceso que sea «financieramente sostenible», «creíble y conveniente» para las partes y que contemple un «pago asequible bajo plazo, y cronogramas» que la nación «pueda soportar».
Durante su participación virtual en una actividad organizada en Nueva York por la Americas Society y el Council of the Americas, Machado, presentó sus planes económicos, entre ellos atender el «enorme sobreendeudamiento externo» de Venezuela, que ha estado en «una situación de incumplimiento total durante un período de siete años».
«De hecho, Venezuela también está sujeta actualmente a múltiples demandas en los EE.UU. y Europa que, ciertamente, deben abordarse (…) Hay disposición para analizar todos los pasivos, para que podamos identificar todos los reclamos legítimos para incluir en nuestra propuesta de reestructuración», dijo.
Machado, quien aspira a ser presidenta de Venezuela, pese a que la inhabilitación política se lo impide, aseguró que el proceso de reestructuración «ofrecerá un menú de opciones flexibles y financieramente equivalentes para que todos los acreedores reciban el mismo trato financiero».
La también exdiputada planteó «restaurar la relación» con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y «todas las agencias de desarrollo mundial» y «corporaciones internacionales de todos los países a los que Venezuela les debe dinero», con el objetivo de «crear confianza» con la comunidad internacional.
«Y bajo mi gobierno, Venezuela se reincorporará al Centro Internacional de Arreglos de Controversias sobre Inversiones, que ha demostrado ser una institución muy eficaz para proteger los derechos de la propiedad», dijo.
Por otra parte, Machado, quien ratificó su propuesta de implementar un «extenso programa de privatización» en sectores como energía, agua, telecomunicaciones y transporte, señaló que, de ser presidenta de la nación, abriría «el sector energético» para «atraer a las empresas mejor capitalizadas y tecnológicamente avanzadas del mundo», con el propósito de «acabar con el monopolio estatal».
«Seguimos restringiendo el potencial de nuestra industria energética al no permitir que el capital privado se embarque libremente en la expansión y operación de nuevos desarrollos», agregó.
Con información de EFE