La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) incluyeron a Venezuela en la lista de 20 países en los que «el hambre aguda se dispara» en los próximos meses.
En un reporte conjunto sobre los puntos críticos del hambre en el mundo, las agencias de la ONU alertaron sobre el empeoramiento de la situación en Venezuela.
«Se espera que los niveles de inseguridad alimentaria aumenten significativamente más allá de los de 2019, cuando alrededor de 9,3 millones de venezolanos padecían inseguridad alimentaria«, anticipan.
La FAO y el PMA detallan que la hiperinflación, las sanciones internacionales y las restricciones por la pandemia, agravan la situación del hambre en el país.
«La situación de la seguridad alimentaria en Venezuela es probable que se deteriore aún más como resultado de la hiperinflación y la endurecimiento de las sanciones internacionales. A esto se suma el impacto de las restricciones relacionadas con COVID-19 y la escasez de combustible, que han afectado las actividades logísticas y agrícolas en todo el país», señalan.
Y pronostican que «es probable que el deterioro económico resulte en más migración a otros países».
Atención urgente
Entre las prioridades identificadas, la FAO y el PMA consideran que se debe garantizar la alimentación de los niños en edad escolar en las comunidades más pobres del país, conectándose con la producción local de alimentos para mejorar las economías rurales.
Además, ampliar la asistencia humanitaria para satisfacer las necesidades más urgentes, que han crecido significativamente debido al COVID-19. pandemia. «La asistencia debe apoyar a las poblaciones tanto urbanas como rurales, a fin de evitar un mayor deterioro de la seguridad alimentaria causado por inflación, pérdida de poder adquisitivo y pérdida de ingresos«, subrayan.
Igualmente, recomiendan implementar programas de transferencia monetaria dirigidos a los trabajadores agrícolas sin otra oportunidad de ingresos, y proporcionar insumos a los agricultores vulnerables.
Por último, plantean que se debe apoyar a los migrantes venezolanos y las comunidades de acogida en las zonas limítrofes mejorando el acceso a las necesidades esenciales, incluidas agua, alimentación y nutrición básicas y producción local de alimentos.