Argentina dio rienda suelta a la alegría desde la conclusión de la final en la que su selección se proclamó campeona del mundo y la estiró durante la madrugada del lunes, sin que se registraran incidentes de gravedad pese a la magnitud de las celebraciones.
Con un fuerte dispositivo de seguridad, que bloqueó el acceso a las calles que rodean el Obelisco de Buenos Aires, y pese al alto volumen de alcohol ingerido durante tantas horas de festejos, no se registraron incidentes de gravedad entre el casi millón de hinchas argentinos que se congregaron en los alrededores.
Para la noche de este lunes está prevista la llegada de la expedición albiceleste al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires, desde donde se trasladará al recinto deportivo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para pernoctar.
Aún se desconoce cuál será el nivel de los festejos oficiales, ya que el Ejecutivo sigue analizando la conveniencia o no de actos masivos y, según explicaron a EFE fuentes de Presidencia, a lo largo del lunes se definirá el tipo de encuentro entre el mandatario, Alberto Fernández, y los integrantes de la ‘Scaloneta’.
Por un lado, muchos esperan una instantánea de la Albiceleste saludando desde el balcón de la Casa Rosada, como ocurriera en 1986 con la Argentina de Diego Armando Maradona, cuando el presidente Raúl Alfonsín prestó la sede de Gobierno pero evitó mostrarse en público con la selección para no politizar el acto.
En cambio, otros han hablado de que el recibimiento por parte del jefe de Estado podría ser similar al de 2014. En ese momento, la entonces mandataria, Cristina Fernández, se encontró con los integrantes del equipo que quedó subcampeón en el Mundial de Brasil, tras caer ante Alemania, en el predio de la AFA.
Con información de EFE