La legendaria «haka» neozelandesa «encendió» este viernes el inicio de la Copa del Mundo de Rugby, que vivirá su décima edición en Francia hasta el 28 de octubre, y en la que Emmanuel Macron fue abucheado por el público en la inauguración
La danza guerrera maorí, tradición de los All Blacks, fue interpretada por los jugadores del pequeño país del Pacífico ante la mirada concentrada y retadora de sus rivales, la anfitriona Francia, y el respeto y los posteriores aplausos de la afición local, entusiasmada por el espectáculo en el Estadio de Francia de Saint Denis.
Como es norma, la interpretación fue liderada por un jugador de origen maorí, el pueblo originario de Nueva Zelanda.
La «haka» fue «Kapa O Pango», una composición que data de 2005 y cuyos primeros versos dicen: «Vuelvo al primer aliento de mi vida, es Aoteaora (nombre maorí de Nueva Zelanda) que atruena, es mi hora, es mi momento».
Esta décima Copa del Mundo fue inaugurada formalmente por el presidente francés, Emmanuel Macron, y por el presidente de World Rugby, Bill Beaumont.
La intervención de Beaumont fue ahogada por los gritos de la afición local, que coreó varias veces La Marsellesa, mientras que Macron recibió bastantes silbidos y abucheos, que solo se convirtieron en aplausos cuando declaró inaugurado el torneo.
La inauguración llegó tras una ceremonia de danza y música encabezada por el actor Jean Dujardin, un gran amante del rugby.
La ceremonia evocó el París de los años 50, con un Dujardin que llegó a ser izado con un cable a varias decenas de metros sobre el suelo, junto a una enorme maqueta de la Torre Eiffel que tenía en su punta una copia del trofeo Webb Ellis.
Llena de música y tópicos franceses, la ceremonia encendió a la ruidosa y animosa afición local, que también llevaba adornos típicos, como «baguettes» de pan o boinas.
EFE