El jueves 7 de marzo de 2019, cuando faltaban pocos minutos para las 5 de la tarde, Venezuela entera quedó a oscuras.
Para los habitantes del interior del país, acostumbrados a sufrir constantemente de las fallas eléctricas, era un corte más. Pero con el pasar de las horas, los venezolanos comenzaron a darse cuenta de que la magnitud de este apagón era inédita.
Se trató del apagón eléctrico más grande en la historia de Venezuela, que duró entre cinco y siete días continuos. Afectó los 23 estados y el Distrito Capital. Nadie se salvó. Los servicios de hospitales, clínicas, industrias, el transporte, las telecomunicaciones y el suministro de agua se vieron gravemente afectados. El caos y la desesperación fue total. En algunas entidades incluso se registraron saqueos.
La causa del apagón fue una falla en la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, de Guri, aunque el régimen de Nicolás Maduro apeló a teorías conspirativas y culpó a la oposición y a Estados Unidos del corte eléctrico.
Siguen las fallas
Cuatro años después del mega apagón, los venezolanos siguen sufriendo las constantes fallas eléctricas en el país. En 2022 el Comité de Afectados por los Apagones registró al menos 233.298 interrupciones del servicio, es decir, 22% más que en 2021 cuando se computaron unas 190.006 fallas eléctricas.
Estas fallas del servicio eléctrico han seguido aumentando, y durante el mes de enero de 2023 tuvieron un incremento de 16% respecto al mismo mes de 2022.
De acuerdo con la organización, el país registró en el primer mes del año 3.296 interrupciones del servicio, con mayor incidencia en el estado Zulia, cuando en el mismo mes del año pasado se documentaron, al menos, 2.836 cortes en toda la nación.
Con información de EFE