El régimen de Nicolás Maduro espió ilegalmente a los miembros del Panel de Expertos Electorales de la ONU que estuvieron en Venezuela para observar las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Así lo admitió en un comunicado difundido por la Cancillería chavista, la noche del martes 13 de agosto, en respuesta a la publicación del informe preliminar del Panel de Expertos de la ONU, que inicialmente sería «confidencial», pero que luego el secretario general Antonio Guterres decidió hacer público.
En el comunicado, el régimen afirma que «durante su estadía en Venezuela, los integrantes de este fingido panel de expertos, tuvieron frecuentes contactos directos, vía telefónica y a través de videoconferencias, con funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos, razón por la cual no hay ninguna duda que sus declaraciones son producto de las instrucciones hostiles emanadas de esta instancia, a las cuales parecen servir alejados de los compromisos que debieron asumir en el marco de su mandato».
En su arremetida contra el Pánel de Expertos de la ONU, el régimen de Maduro aseguró que el informe «difunde una serie de mentiras» y que viola «los propios términos de referencia suscritos con el Poder Electoral».
«La opinión emitida en su irresponsable escrito no es más que un acto de propaganda que sirve a los intereses golpistas de la ultraderecha venezolana, con los cuales interactuaron constantemente antes, durante y después de las referidas elecciones», manifestó el régimen.
«Esta arremetida contra la democracia, ejecutada por falsos expertos electorales, también fracasará, y en Venezuela prevalecerá la justicia y el respeto a la voluntad soberana de su pueblo«, agregó la Cancillería chavista.
El reporte del Panel concluye que la gestión de resultados por parte de las autoridades electorales careció de las «medidas básicas de transparencia e integridad que son esenciales para celebrar elecciones creíbles».
También el informe de la ONU afirma que el anuncio del resultado «sin la publicación de sus detalles o la entrega de resultados tabulados a los candidatos, no tiene precedentes en las elecciones democráticas contemporáneas». Lo anterior, prosigue, «tuvo un impacto negativo en la confianza en el resultado (…) entre gran parte del electorado».
Con información de EFE