David Beckham cedió este domingo el control de su cuenta de Instagram a una médica ucraniana que trabaja en la ciudad de Kharkiv. El gesto de la ex estrella británica del fútbol mundial es que sus más de 70 millones de seguidores en la red social sean testigos de la barbarie producida por la invasión rusa a Ucrania.
En la cuenta de Instagram del ex jugador del Manchester United y Real Madrid se publicaron videos y fotografías que seguían a Iryna, un anestesióloga infantil y jefa del centro perinatal regional, durante un día de trabajo en medio del asedio ruso.
“Los primeros días fueron muy difíciles. Tuvimos que aprender cómo trabajar bajo los bombardeos y ataques”, dijo la médica.
Entre las historias publicadas, la médica ucraniana mostró el estrecho sótano por el que fueron evacuadas todas las mujeres embarazadas y madres con sus bebés recién nacidos durante el primer día de la invasión rusa. También se publicaron fotos que mostraban las salas de neonatología que dependen de generadores de oxígeno donados por Unicef. También el video de una madre con su bebé que nació con problemas respiratorios y cuya casa fue destruida.
Iryna contó que trabajan sin parar, incansablemente. “Probablemente estemos arriesgando nuestras vidas, pero no pensamos en eso en absoluto. Amamos nuestro trabajo… Los médicos y enfermeras de aquí nos preocupamos, lloramos, pero ninguno de nosotros se dará por vencido”, dijo.
“Los doctores y enfermeras aquí nos preocupamos y lloramos, pero no nos rendimos”, agregó.
Beckham invitó a sus millones de seguidores a donar a organizaciones benéficas que estén trabajando en Ucrania para garantizar el acceso a alimentos, agua y medicinas, y para ayudar a todas las víctimas civiles.
“Gracias a sus donaciones, los generadores de oxígeno que han recibido están ayudando a los recién nacidos a sobrevivir en condiciones terribles”, dijo.
Mientras tanto, la situación humanitaria sigue empeorando. “La guerra en Ucrania es tan devastadora que 10 millones de personas han huido, ya sea como desplazados dentro del país o como refugiados en el extranjero”, dijo el jefe de ACNUR, Filippo Grandi este domingo.
La situación humanitaria en Mariúpol, como en otras ciudades asediadas, es dramática.
Algunas familias contaron que hubo cadáveres tirados en las calles durante días y que pasaron hambre y sed en noches de frío intenso en sótanos con temperaturas bajo cero.
Los bombardeos también dañaron gravemente la planta siderúrgica y metalúrgica de Azovstal en Mariúpol, una ciudad portuaria e industrial crucial para las exportaciones de acero del este del país.
“Una de las plantas metalúrgicas más grandes de Europa está destruida. Las pérdidas económicas para Ucrania son inmensas” dijo la diputada Lesia Vasylenko.
En el norte del país, el alcalde de Chernígov, Vladislav Atroshenko, calificó de “catástrofe humanitaria absoluta” la situación en su ciudad.
“Continúa el fuego de artillería indiscriminado en zonas residenciales, mueren decenas de civiles, niños y mujeres”, dijo a la televisión. “No hay electricidad, calefacción ni agua, la infraestructura de la ciudad está completamente destruida”.
Los ataques no han cesado en los últimos días en la capital, Kiev, en Mikolaiv y en Járkov, una gran ciudad rusófona en el noroeste, donde han muerto al menos 500 personas desde el inicio de la guerra, según cifras oficiales ucranianas.
El Ministerio de Defensa del Reino Unido dijo que Rusia “no ha logrado obtener el control del espacio aéreo y depende en gran medida de las armas a distancia lanzadas desde la relativa seguridad del espacio aéreo ruso para atacar objetivos en Ucrania”.
Según el ejército ucraniano, las tropas rusas han realizado 291 ataques con misiles y 1.403 incursiones aéreas desde que comenzó la invasión el 24 de febrero.