El veredicto de culpabilidad o inocencia de la británica Ghislaine Maxwell depende ahora de la credibilidad de cuatro mujeres, sus presuntas víctimas, quienes relataron ante la corte cómo fueron engañadas y entregadas al magnate Jeffrey Epstein para que abusara sexualmente de ellas.
Según el alegato de los fiscales de la causa, el hombre le pagó a la socialité británica más de 30 millones de dólares para que lo ayudara a satisfacer sus deseos.
El proceso contra Maxwell en el tribunal del Distrito Sur de Manhattan vivió este lunes su última audiencia, y la juez Alison Nathan encargó al jurado que se retire para deliberar sobre su culpabilidad o inocencia, lo que puede comunicar en cualquier momento a partir de este martes.
Durante buena parte de la mañana, la Fiscalía describió la intimidad que Epstein y Maxwell compartían y la presencia constante de la británica en la vida del magnate, también cuando por su casa desfilaban mujeres, menores y mayores de edad, algo ante lo que la servidumbre tenía orden de “no ver, ni oír ni decir nada”.
La ayudante del fiscal Alison Moe insistió en que Maxwell no solo atrajo a chicas “menores, bonitas y vulnerables” para “seducirlas con su estilo sofisticado” y entregarlas a Maxwell; más allá de eso, llegó incluso a tocar los pechos de tres de ellas en momentos previos a las sesiones sexuales con Epstein.
A esas sesiones, Maxwell las llamaba recurrentemente “masajes”, e instruía a las chicas sobre cómo Epstein quería que fueran esos masajes.