Recordado en películas y documentales, el asesino en serie Ted Bundy, que mató al menos a 36 mujeres y tuvo en jaque a la policía de Estados Unidos durante años, es el protagonista ahora de una exposición que muestra como detrás de un vecino desválido puede esconderse un peligroso criminal y alerta sobre las consecuencias de la adicción a la pornografía.
El museo Alcatraz East Crime, en Tennessee, que se especializa en la historia criminal estadounidense, pone el foco en los meses previos al arresto de Bundy en el norte de Florida en 1978, a raíz de que cometiera una infracción de tráfico.
Tras dos mediáticos procesos judiciales en Miami y Orlando (Florida), Bundy fue ejecutado en la silla eléctrica el 24 de enero de 1989.
La exhibición «From Car to Incarceration-Ted Bundy’s Final Arrest» («Del auto a la cárcel: el arresto final de Ted Bundy») muestra el Volkswagen escarabajo del año 1968 usado por Bundy para capturar a sus víctimas, todas mujeres jóvenes o adolescentes a las que secuestraba, violaba y mataba.
Cartas desde la prisión y el uniforme de David Lee, el policía de Pensacola, en el noroeste de Florida, que lo detuvo en una parada de tráfico, son otros de los objetos que se exhiben en esta muestra, que también incluye abundante información sobre el perfil de Bundy, quien solía hacer uso de yesos, muletas y sillas de ruedas para dar una falsa idea de indefensión a sus presas.
«Ted Bundy es uno de los asesinos en serie más notorios, la gente todavía lo estudia hasta el día de hoy. El museo está utilizando este interés máximo para educar a los visitantes», dijo a Efe Janine Vaccarello, directora de operaciones del Alcatraz East Crime Museum, cuyo espacio expositivo se distribuye en dos pisos y ocupa un área de 25.000 pies cuadrados.
EFE