La reina Isabel II ya no hará silencio cuando Meghan Markle y su nieto, el príncipe Harry, permitan que sus aliados hablen “falsedades” sobre la familia real en los medios. En un giro dramático de su política de larga data de “nunca te quejes, nunca expliques”, Su Majestad ha dado instrucciones a su personal del Palacio de Buckingham para que corrijan cualquier declaración que distorsione sus conversaciones privadas y las de otros miembros de la realeza.
Vía INFOBAE
La tajante medida demuestra la exasperación de la reina por las declaraciones emitidas en varios medios de comunicación por personas del entorno de los duques de Sussex tras la polémica generada en torno a la pareja por la elección del nombre de su hija recién nacida.
Según desveló el pasado miércoles la BBC, Harry y Meghan Markle no le comentaron a la monarca que pensaban ponerle a su hija el nombre de Lilibet, el apodo con el que la soberana es llamada desde pequeña. Inmediatamente, un portavoz del duque de Sussex desmintió la información y señaló que el nieto de Isabel II y la ex actriz estadounidense habían contado con su aprobación. Y exigió una rectificación por parte del medio con la amenaza de iniciar acciones legales.
Este nueva polémica en torno a la pareja real habría llevado a Su Majestad a reflexionar sobre el principio que ha mantenido en todo su reinado hasta el punto que estaría dispuesta a cambiar su manera de proceder ante las informaciones falsas sobre la familia real.
Las noticias falsas
A pesar de que Harry y Meghan renunciaron a sus cargos en la familia real en enero pasado, la niña todavía tiene un lugar en la línea de sucesión al trono. Una vez que el príncipe Carlos ascienda al trono, los dos hijos de los duques Sussex se convertirán en nietos del monarca reinante y serán elegibles para los títulos de Su Alteza Real.
Según periódico inglés Daily Mail, la reina Isabel podría cambiar su estrategia de comunicación, modificando una máxima que hasta ahora no se había atrevido a romper: si eres un miembro de la familia real británica, nunca debes quejarte y nunca debes dar explicaciones en público.
Tras darse a conocer públicamente el nacimiento de Lilibet Diana el domingo pasado, los miembros de la Corona británica enviaron varios mensajes de felicitaciones a la pequeña y a sus padres. Isabel II fue una de ellas. Lo hizo con un escueto comunicado.
“La reina, el príncipe de Gales, la duquesa de Cornualles y los duques de Cambridge han sido informados y están encantados con la noticia del nacimiento de la hija de los duques de Sussex”, señaló la portavoz de la familia real a los medios británicos después de que la duquesa de Sussex diera a luz a una niña el pasado 4 de junio, en un hospital de California.
El nacimiento de Lilibet
La bebé -undécimo bisnieto de Isabel II- está en el octavo lugar de la línea de sucesión, detrás de su hermano Archie; su padre, Harry, los príncipes Louis, Charlotte y George (hijos de los duques de Cambridge); del príncipe William y el príncipe Carlos.
La niña nació dos meses después de la muerte del duque de Edimburgo, marido de la reina Isabel II, a los 99 años, y tras la polémica por la controvertida entrevista que los duques de Sussex concedieron en marzo pasado a la presentadora estadounidense Oprah Winfrey, en la que acusaron a la familia real de racismo.
Los duques de Sussex decidieron apartarse de la monarquía a principios del año pasado, en un caso conocido como Megxit, para establecerse en California y ser financieramente independientes. Desde su llegada a EEUU, firmaron importantes contratos con Spotify y Netflix.