Al menos 163 trabajadores sanitarios y personal paramédico han muerto en los ataques de Israel contra el Líbano desde el estallido de las hostilidades con el grupo chií Hezbollah el pasado 8 de octubre, un día después del inicio de la guerra en la Franja de Gaza.
El ministro de Salud Pública libanés, Firas Abiad, dijo en una rueda de prensa desde Beirut que los ataques israelíes han provocado la muerte de 163 sanitarios y heridas a otros 272, mientras que denunció que 51 centros médicos y 158 ambulancias han sido blanco de bombardeos de Israel.
«Lo que está pasando es un crimen de guerra», dijo Abiad, que recordó además que 57 camiones de bomberos y 15 «vehículos de rescate» también han sufrido daños en esos ataques, que están causando estragos en el frágil sistema sanitario del país de los cedros.
Asimismo, su departamento contabilizó que 36 de los 55 hospitales atacados han sido «objetivos directos», al tiempo que lamentó el cierre de ocho centros sanitarios debido a los destrozos.
Además, hay siete hospitales que «están parcialmente operativos» pese a los daños sufridos.
«Alzamos nuestra voz a la comunidad internacional para proteger a los equipos médicos en tiempos de conflicto (…) La justicia no puede ser selectiva y la impunidad genera más violaciones en el futuro», denunció el ministro, que indicó que en algunas zonas hay cadáveres de paramédicos que no pueden ser evacuados debido a los constantes ataques israelíes.
Según las autoridades libanesas, alrededor de 2.600 personas han muerto y más de 12.119 han resultado heridas desde el inicio de los enfrentamientos entre Israel y Hizbulá hace un año, aunque la inmensa mayoría de estas víctimas se han producido desde el comienzo de la campaña de bombardeos masiva de Israel hace poco más de un mes.
Esos incesantes bombardeos, que han provocado la destrucción de aldeas enteras principalmente en el sur del Líbano y de los suburbios meridionales de Beirut, han obligado a más de 1,2 millones de personas a abandonar sus hogares.