El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha confirmado que tanto él como la primera dama, Jill, recibirán una tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19, alegando que el país norteamericano tiene derecho a apostar por este refuerzo porque es un donante clave de fármacos a nivel internacional.
Vía Europa Press
La Administración norteamericana ha actualizado esta semana sus protocolos tras dar por hecho que las vacunas de Pfizer y Moderna, puntales de la inmunización en Estados Unidos, pierden eficacia con el tiempo, en un contexto marcado por la expansión de nuevas variantes como la delta.
Estados Unidos acumula más de 37,1 millones de casos de COVID-19 -más que ningún otro país- y más de 624.000 fallecidos. Según la Universidad Johns Hopkins, en las últimas dos jornadas ha sumado más de un millar de víctimas mortales por día.
Biden, que desde el primer momento quiso marcar distancias con su predecesor, Donald Trump, en relación a la pandemia, recibió el 11 de enero la segunda dosis de la vacuna. Ahora, considera que «ha pasado el tiempo» suficiente para tener una tercera dosis, como ha explicado en una entrevista a la cadena de televisión ABC News.
Las nuevas recomendaciones abogan por este refuerzo una vez hayan pasado ocho meses de la segunda inyección y priorizando a trabajadores sanitarios, usuarios de residencias de mayores y personas de mayor edad. Biden tiene 78 años, por lo que podría entrar dentro de esta categoría, si bien la Casa Blanca no prevé arrancar la nueva fase hasta la semana del 20 de septiembre.