La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó su preocupación por la precariedad de la situación laboral y sindical de las personas trabajadoras en Cuba, e hizo un llamado a la dictadura de Miguel Díaz-Canel a garantizar plenamente el derecho al trabajo digno y los derechos laborales y sindicales.
En los últimos meses, la Comisión ha dado especial seguimiento a «la alarmante situación socioeconómica» que atraviesa Cuba, marcada por la existencia de una crisis económica aguda y generalizada.
«Esta situación ha llevado a una superinflación con la consecuente pérdida de poder adquisitivo de las personas trabajadoras, recurrentes cortes del suministro eléctrico, escasez de alimentos básicos y medicamentos, y a un colapso del sistema público de salud. Como consecuencia, se advierte un aumento generalizado de la pobreza y la desigualdad, así como un notable incremento de los niveles de precariedad e informalidad laboral«, denunció la CIDH.
La instancia de la OEA ha recibido información sobre el aumento generalizado de la informalidad y precariedad laboral, que afectaría de forma específica y diferenciada a las mujeres.
Igualmente, reportó haber recibido numerosos testimonios de personas trabajadoras cubanas que denuncian la existencia de extensas jornadas de trabajo sin percibir la remuneración extraordinaria que corresponde; el pago de salarios bajos que no cubren las necesidades básicas de la vida; y la existencia de condiciones de trabajo precarias, tales como la falta de medios y herramientas de trabajo o la existencia de condiciones insalubres en el lugar de trabajo.
«Según la información de la sociedad civil, el derecho al ejercicio pleno de la libertad sindical y el derecho de libre asociación serían inexistentes en Cuba dada la politización y el monopolio de un sindicato único controlado por el Estado –la Central de Trabajadores Cubanos– así como por la imposibilidad de constituir sindicatos independientes y de elegir libremente a los representantes, quienes son designados directamente por el Partido Comunista», denunció la Comisión.
Al respecto, la CIDH recordó que los derechos humanos laborales y sindicales son inseparables e inherentes a la dignidad humana.