Claudia Patricia Díaz Guillén, quien fuera enfermera del fallecido presidente Hugo Chávez y ascendió hasta desempeñarse como jefa del Tesoro de Venezuela, se declaró el martes inocente de acusaciones de lavado de dinero en el sur de Florida.
En una prolongada audiencia realizada en los tribunales federales de West Palm Beach, al norte de Miami, Díaz pidió también un juicio por jurado. El juez William Matthewman aceptó su declaración.
La venezolana enfrenta tres acusaciones de asociación ilícita para lavar dinero y lavado de instrumentos monetarios. De ser encontrada culpable podría enfrentar una condena de hasta 20 años de prisión por cada una de ellas -un máximo de 60 años por las tres- y una deportación a Venezuela una vez que cumpla su tiempo en prisión.
Los fiscales federales alegan que Díaz aceptó sobornos del magnate venezolano de los medios de comunicación Raúl Gorrín para autorizar lucrativas transacciones monetarias cuando ella dirigía la Oficina Nacional del Tesoro de Venezuela, hace una década.
Su esposo, Adrián José Velasquez Figueroa, enfrenta los mismos cargos pero aún se encuentra en España a la espera de ser extraditado a Estados Unidos. Gorrín, quien permanece prófugo de la justicia estadounidense y se sospecha que se encontraría en Venezuela, está acusado también de conspirar para transgredir las leyes sobre corrupción en el extranjero.
La declaración de inocencia tuvo lugar en una audiencia de más de dos horas en la que el magistrado rechazó un pedido de la fiscalía para que la abogada de Díaz, Marissel Descalzo, se apartara de la defensa por un presunto conflicto de interés al haber representado al banquero venezolano Arturo Jiménez Aray en otro caso relacionado.
Jiménez ha cooperado con el gobierno estadounidense en otro caso y podría ser convocado como testigo.