La Policía Nacional de Nicaragua anunció el viernes la apertura de una investigación en contra del obispo de Matagalpa, Rolando José Álvarez Lagos, al que acusó de «organizar grupos violentos», supuestamente «con el propósito de desestabilizar» al régimen de Daniel Ortega.
El obispo se encuentra recluido desde el jueves en el Palacio Episcopal, que está sitiado por fuerzas especiales de la Policía, que no lo dejan salir junto a seis sacerdotes y a seis laicos.
La Policía de la dictadura señaló en una nota de prensa que «prevaliéndose de su condición de líderes religiosos, utilizando medios de comunicación y redes sociales, están intentando organizar grupos violentos, incitándolos a ejecutar actos de odio en contra de la población, provocando un ambiente de zozobra y desorden, alterando la paz y la armonía en la comunidad, con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales».
La Policía Nacional de Nicaragua es dirigida por Francisco Díaz, consuegro del dictador Daniel Ortega.
Previo a la declaración de la Policía, la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, dijo a través de medios oficiales, sin mencionar al obispo, que los símbolos sagrados del catolicismo habían sido «manipulados» y afirmó que «provocar, hacer ostentación de impunidad es un delito sobre todo cuando lo que se provoca es discordia, desenfrenos, no estamos para eso».
Con información de EFE.