El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, pidió el martes a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, una “desescalada verificable, creíble y significativa” en la frontera con Ucrania, en momentos de un presunto repliegue ruso, según un comunicado del Departamento de Estado.
Blinken “señaló que, aunque cualquier nueva agresión rusa contra Ucrania provocaría una respuesta transatlántica rápida, severa y unida, seguimos comprometidos con un camino diplomático y creemos que sigue habiendo una oportunidad para resolver la crisis pacíficamente”, agregó el vocero Ned Price tras una nueva llamada telefónica entre los dos ministros.
Después de su última llamada el sábado, habían acordado “mantenerse en contacto”, dijo un alto funcionario del Departamento de Estado, sin dar detalles de su última conversación.
Por su parte, el ministerio de Exteriores ruso en un comunicado informó que durante la llamada Lavrov urgió a su homólogo estadounidense a un “diálogo pragmático” sobre la seguridad en Europa.
“Lavrov subrayó la inadmisibilidad de la retórica agresiva utilizada por Washington y sus aliados más cercanos, instando a un diálogo pragmático sobre el conjunto de las cuestiones presentadas por Rusia”, informó el ministerio. Lavrov también enfatizó que era necesario continuar con el “trabajo conjunto”.
Los líderes occidentales dijeron el martes que estaban viendo señales positivas de que Rusia buscaba aliviar las tensiones sobre Ucrania, después de que Moscú anunciara que retiraría algunas de las tropas desplegadas en las fronteras de su vecino.
Sin embargo, los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de Francia, Emmanuel Macron, coincidieron que, aunque se trata de una buena señal, se debe verificar y hay que ser prudentes.