El 75 % de Dawson Springs, en Kentucky, Estados Unidos, desapareció en apenas unos minutos. El tornado ha destruido casas, iglesias, fábricas y las esperanzas de cientos de residentes que desde el viernes viven una “pesadilla”, con muchas personas todavía sin localizar.
Después de dos días de limpieza, es todavía casi imposible no pisar maderas, tuberías, ropa, objetos personales y recuerdos cuando se anda por lo que queda de esta localidad.
Sheila Oliver, de 50 años, es una de las personas que vieron su vida salir volando en esta “pesadilla”, que la ha dejado sin casa, sin carro y con uno de sus dos perros gravemente herido.
”Las cifras de muertos que están dando no son reales, son muchos más”, asegura a Efe esta mujer, que todavía no ha tenido tiempo de ir a pedir ayuda a las autoridades federales, porque ha estado dedicada a buscar a sus vecinos desaparecidos.
La lista de desaparecidos sigue superando el centenar en Kentucky: La propia Oliver ha formado parte de ese listado y tuvo que avisar a las autoridades de que la quitaran, después de que algún vecino la incluyera al no saber de ella y ver el estado de su casa, de la que solo quedan los cimientos, escombros y dos candelabros dorados.
Otros se han ido para siempre, como Ernie, un vecino de Dawson Springs cuyo cadáver fue encontrado en tan mal estado, con el rostro desfigurado, que fue reconocido por su hija gracias a un tatuaje.
Entre tanto, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, viajará este lunes a Ft. Campbell, Kentucky, para una sesión informativa sobre la tormenta, y a Mayfield y Dawson Springs, Kentucky para inspeccionar los daños causados por la tormenta.