El número de muertos por las últimas explosiones de aparatos de comunicación en el Líbano se elevó este jueves a 25 y el de heridos a unos 600, lo que deja un saldo total de 37 fallecidos en ambas oleadas de los últimos dos días, anunció el Ministerio de Salud Pública.
El titular del departamento gubernamental, Firas Abiad, explicó en rueda de prensa que las detonaciones ocurridas el miércoles fueron de más intensidad y tuvieron un mayor «impacto sobre las víctimas», causando 25 muertos y 608 heridos, de los que 61 permanecen en la Unidad de Cuidados Intensivos.
El miércoles walkie-talkies explotaron en cadena en diferentes puntos del país, después de que ya el martes una primera oleada de detonaciones simultáneas afectara a miles de buscapersonas en manos de miembros del grupo chií libanés Hizbulá.
Sobre la primera ola, Abiad aclaró que el balance de heridos fue de 2.323 y no de unos 2.800 como se reportó inicialmente, ya que las autoridades habían contabilizado a algunas de las víctimas por partida doble después de que fueran trasladadas a segundos hospitales.
De ellos, 824 fueron atendidos en salas de emergencia y el resto requirieron ingreso hospitalario en diferentes centros del país, donde todavía permanecen unos 1.343 con heridas graves o moderadas, agregó el ministro.
El responsable de Sanidad Pública aclaró que el número de fallecidos el martes continúa sin cambios en doce, por lo que la suma de ambas tandas de explosiones asciende a 37 muertos y algo más de 2.900 heridos.
«Esto es considerado un crimen de guerra, porque los mártires murieron en zonas civiles, no en frentes de guerra», denunció durante la comparecencia, al apuntar que el Gobierno libanés costeará el tratamiento de todas las víctimas.
Estas explosiones sin precedentes han sido atribuidas a Israel y Hizbulá ya avisó de que responderá contra el Estado judío, pues se trata del incidente con más víctimas desde el inicio de los enfrentamientos fronterizos entre las partes hace casi un año.