El primer ministro de las Islas Vírgenes Británicas, Andrew Fahie, y la directora de puertos del archipiélago caribeño, Oleanvine Maynard, comparecieron este viernes ante un juez estadounidense por delitos de narcotráfico y lavado de dinero, un día después de su arresto en Miami.
Durante la audiencia, celebrada por videoconferencia, el magistrado Jonathan Goodman leyó los cargos atribuidos a los dos altos funcionarios: conspiración para importar cinco kilos o más de cocaína al país norteamericano y conspiración para lavar dinero.
Fahie, de 51 años, y Maynard, de 60, comparecieron con otros cuatro detenidos en una pequeña sala de tribunal donde todos llevaban mascarillas.
Los dos funcionarios fueron arrestados el jueves en el aeropuerto de Opa–locka, en el área metropolitana de Miami, Florida, como resultado de una operación de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) iniciada en octubre.
Según documentos judiciales, un agente de la DEA entró en contacto con los acusados haciéndose pasar por un miembro del cartel mexicano de Sinaloa que necesitaba ayuda para transportar miles de kilos de droga desde Colombia hasta Miami y Nueva York, a través de Tórtola, la mayor de las Islas Vírgenes Británicas.
El primer ministro y Maynard aceptaron ayudar al agente encubierto a cambio de un 12% del dinero conseguido con la venta de la droga en Estados Unidos y un primer pago de 700.000 dólares.
El jueves, Fahie y Maynard acudieron por separado al aeropuerto de Opa-locka con el agente de la DEA para comprobar que esos 700.000 dólares estaban a bordo de un avión que iba a despegar hacia las Islas Vírgenes Británicas. Los dos acusados fueron detenidos justo después.
La víspera, Fahie le había dicho al miembro de la DEA que “creía en las brujas y la magia y en cómo leer las mentiras de la gente”, según los documentos judiciales.
La policía arrestó en otra ciudad a Kadeem Maynard, el hijo de la directora de puertos, por su participación en la trama.
La ministra británica de Asuntos Exteriores, Liz Truss, se declaró el jueves “consternada por estas graves acusaciones”, según un comunicado.
Las Islas Vírgenes Británicas, donde viven unas 35.000 personas, es un territorio británico de ultramar situado al este de Puerto Rico. Londres supervisa su defensa y su política exterior, y la reina Isabel II nombra a su gobernador por recomendación del ejecutivo británico.
El archipiélago se considera como uno de los principales paraísos fiscales del mundo. Poco antes de la comparecencia de Fahie, la oficina del gobernador John Rankin publicó un informe realizado tras una investigación sobre corrupción en el ejecutivo.
El documento, redactado por un juez británico, recomienda suspender el autogobierno del territorio para que Londres pueda solucionar la mala gestión en el archipiélago.
“En casi todos los ámbitos (del territorio), se ignoran los principios de la buena gobernanza, como la apertura, la transparencia e incluso el Estado de Derecho”, sostiene el informe, que no está relacionado con el caso de narcotráfico.