El papa Francisco instó este domingo a la comunidad internacional a comprometerse para “superar los retrasos” en la distribución de la vacunas contra el COVID-19 y “para promover su reparto”, en especial a los países de menores ingresos.
Francisco hizo la petición en el mensaje de Pascua que pronunció desde el interior de una vacía basílica de San Pedro. “En el espíritu de un ‘internacionalismo de las vacunas’, insto a toda la comunidad internacional a un compromiso común para superar los retrasos en su distribución y para promover su reparto, especialmente en los países más pobres”, dijo Francisco en su homilía en la basílica de San Pedro, antes de la bendición Urbi et Orbi.
Tras celebrar la misa del Domingo de Resurrección y dentro de la basílica, y no desde el balcón de la fachada de San Pedro como marca la tradición debido a que toda Italia está confinada esos días, el Papa rogó que “el Señor dé consuelo y sostenga las fatigas de los médicos y enfermeros” y destacó que “todas las personas, especialmente las más frágiles, precisan asistencia y tienen derecho a acceder a los tratamientos necesarios”.
Como suele ser habitual en los mensajes que preceden las bendiciones, Francisco repasó los males del mundo y los conflictos en curso.
“La pandemia todavía está en pleno curso, la crisis social y económica es muy grave, especialmente para los más pobres; y a pesar de todo -y es escandaloso- los conflictos armados no cesan y los arsenales militares se refuerzan”, criticó el papa argentino “¡Todavía hay demasiadas guerras y demasiada violencia en el mundo! Que el Señor, que es nuestra paz, nos ayude a vencer la mentalidad de la guerra. Que conceda a cuantos son prisioneros en los conflictos, especialmente en Ucrania oriental y en Nagorno-Karabaj, que puedan volver sanos y salvos con sus familias, e inspire a los líderes de todo el mundo para que se frene la carrera armamentista”, clamó.
Este año, Francisco no nombró a ningún país latinoamericano en su mensaje como venía haciendo hasta ahora.