Decenas de migrantes fueron enviados en autobuses a Chicago y Nueva York durante la noche del lunes desde la frontera sur de Estados Unidos en Texas, horas después de que el Tribunal Supremo ordenara mantener la normativa sanitaria conocida como Título 42.
La Alcaldía de la ciudad de El Paso, Texas, que limita con Ciudad Juárez en México, anunció que mantendrá el estado de emergencia, declarado por el alcalde ante lo que se esperaba fuera el fin del regla, que permite la expulsión de la mayoría de migrantes que llegan a Estados Unidos por tierra.
«Seguiremos procediendo como si se hubiera levantado» el Título 42, dijo el alcalde Oscar Leeser en una conferencia de prensa el lunes, después de conocerse la decisión del Supremo en Washington D.C.
Las autoridades locales y federales esperaban que la suspensión de la norma, impuesta por el Gobierno de Donald Trump (2017-2021) y mantenida por el actual mandatario, el demócrata Joe Biden, tuviera como consecuencia un aumento en el número de migrantes que llegan a las ciudades fronterizas.
Al caer la noche en El Paso, fuera del albergue de la parroquia El Sagrado Corazón, en el suroeste de la ciudad, un hombre y una mujer con camisetas y credenciales de la Oficina de Manejo de Emergencias del estado de Texas comenzaron a ofrecer a los migrantes un viaje gratis en bus a Nueva York o Chicago.
Desde abril de este año, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha estado enviado docenas de buses con inmigrantes hacia ciudades en el norte del país, con el objetivo de presionar al presidente Biden para endurecer las políticas migratorias.
Quienes se quedaron sin espacio en el refugio jesuita, que tiene una capacidad limitada para unas 150 personas, escucharon atentamente las condiciones del viaje.
Según les explicó la mujer, sólo podían montarse las personas que tuvieran papeles de inmigración estadounidense. Es decir, quienes se entregaron a la Patrulla Fronteriza al cruzar la frontera y no los que la atravesaron sin ser detectados.
Desanimados tras escuchar las condiciones, muchos se alejaron. «Nosotros no podemos montarnos, nos pueden deportar», dijo uno de los migrantes, que pidió ocultar su identidad. Cabizbajo, cruzó al otro lado de la acera, donde pasó la noche a la intemperie, con temperaturas inferiores a los 8 grados centígrados.
Un pasaje de bus hacia Denver o Los Ángeles, dos de las ciudades con mayor población al oeste de El Paso, cuesta entre 90 y 95 dólares.
El Tribunal Supremo debe decidir en los próximos días si mantendrá en pie o no el Título 42 mientras una corte en menor instancia analiza el caso.
Desde que entró en vigencia en 2020, la normativa ha permitido la expulsión acelerada de más de 2,7 millones, según datos del International Rescue Comittee.
Con informacón de EFE