El Gobierno francés admitió este jueves que el coronavirus circula de forma «muy activa» en el país y previó mayores restricciones y la realización de más test para contener el avance de la epidemia, que roza ya los 10.000 nuevos contagios diarios.
En la primera de las comparecencias de prensa semanales en las que el ministro de Sanidad, Olivier Véran, expondrá a partir de ahora el balance de la situación, su diagnóstico fue claro: «Todos los indicadores muestran una progresión».
La tasa de incidencia ha alcanzado ya los 83 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los 40 de finales de agosto, los 25 de mediados de ese mes y los 10 que había en julio, y 53 departamentos de Francia, más de la mitad del país, han sobrepasado el nivel de alerta, fijado en 50.
Aunque la circulación a la que se expande el virus es tres veces inferior a la de la pasada primavera, en el pico de la epidemia, las autoridades francesas reconocieron la necesidad de aumentar los esfuerzos.
El cierre de bares o la prohibición de agrupaciones públicas son algunas posibilidades.
EFE