Tras jurar como nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro ofreció en la plaza Bolívar de Bogotá su primer discurso como mandatario del país.
«Hoy empieza nuestra segunda oportunidad. Nos la hemos ganado. Su esfuerzo valió la pena. Es la hora del cambio. Hoy empieza la Colombia de lo posible«, sentenció el nuevo mandatario.
«Estamos acá contra todo pronóstico, contra una historia que decía que nunca íbamos a gobernar, contra los de siempre, contra los que no querían soltar el poder, pero lo logramos, hicimos posible lo imposible», añadió.
Dejar las armas
Petro prometió dar cumplimiento al Acuerdo de Paz y seguir las recomendaciones de la Comisión de la Verdad para lograr «el país de la vida».
«Tenemos que terminar de una vez y para siempre con seis décadas de violencia y conflicto armado, Yo diría con dos siglos de guerra permanente, la guerra perpetua de Colombia», afirmó.
En este sentido, convocó «a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado. A aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia, a trabajar como dueños de una economía próspera pero legal que acabe con el atraso de las regiones».
Lucha contra las drogas
El Presidente también planteó la necesidad de cambiar la política contra el narcotráfico, que a su juicio «fracasó».
«Para que la paz sea posible en Colombia necesitamos dialogar mucho, entendernos. La paz implica que cambiemos indudablemente. Claro que la paz es posible, si se cambia la política contra las drogas, vista como una guerra por una política de prevención fuerte del consumo en las sociedades desarrolladas. Es hora de una nueva convención internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado rotundamente», sostuvo.
«Llegó el momento de cambiar la política antidrogas en el mundo, para que permita la vida y que no genere la muerte«, reclamó.
Política exterior
En su discurso, Petro hizo un llamado a avanzar en la unidad latinoamericana, para hacer realidad el sueño de Bolívar.
«Ya es hora de dejar atrás los bloques, los grupos y las diferencias ideológicas para trabajar juntos. Entendamos de una vez y para siempre que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Y que juntos somos más fuertes», afirmó.
Pero aclaró que la unidad latinoamericana no debe ser retórica ni discursiva. «Acabamos de vivir quizás lo peor de la pandemia del covid, y América Latina no fue capaz de juntarse, de coordinarse, para comprar las vacunas más baratas, prácticamente fue usada sin capacidad de negociación, dispersa en sus gobiernos. ¿Vamos a tener una Latinoamérica sin capacidad de investigación científica? ¿Una Latinoamérica sin capacidad de coordinar sus servicios de salud, sin capacidad de coordinar las compras de medicamentos de manera unificada?», cuestionó.
También planteó la necesidad de avanzar con la conexión de las redes de energía eléctrica y promover las fuentes de energías limpias. «¿No es acaso hora de impulsar las empresas petroleras públicas y nuestras empresas de transmisión eléctrica a construir el instrumento empresarial y financiero latinoamericano que avoque las inversiones en la generación de las energías limpias y en la transmisión de esa energía a escala continental?», se preguntó.